viernes, 21 de diciembre de 2012

Tradiciones evangélicas V. El gobierno de la iglesia.




     La mayoría de las iglesias evangélicas, están presididas por un sólo pastor, que es ayudado por un consejo, formado por "diáconos" y "ancianos". Podríamos decir, que poseen una organización más o menos piramidal, en la base estarían los creyentes "normales", quiero decir, los que no tienen ningún cargo, por encima de ellos los diáconos, más centrados en los asuntos materiales de mantenimiento, obra social, etc...  A continuación los ancianos colaborando en la enseñanza y en la dirección espiritual con el pastor, quien tendría la última palabra y la máxima autoridad en el gobierno de la iglesia.

     Dependiendo de lo autoritario o dialogante que sea éste último, o de la "pastor-dependencia" que tenga el consejo, éste tendrá más o menos poder de decisión, en los asuntos a tratar.

     Hay pastores que, sabiamente, gustan de tomar las decisiones en unanimidad con el consejo y hay otros a los que podíamos llamar tipo "Juan palomo" (yo me lo guiso y yo me lo como), que utilizan a los miembros del consejo como meros subordinados que le ayudan en su "visión" particular de cómo debe funcionar "su" iglesia.

     También he oído acerca de pastores que  hacen de todo en la iglesia, no por un especial ánimo de control total, sino por la pasividad de la congregación. En este punto, y antes de continuar, quiero expresar mi reconocimiento y admiración por tantos pastores que a lo largo de los siglos han predicado con denuedo el evangelio y han servido a Dios y a los demás con amor. Hombres de valor que dieron, y dan, lo mejor de sí, por amor al Señor. Sobre todo, creo que merecen un reconocimiento especial aquellos pastores que ejercen su ministerio en países donde el evangelio está perseguido, me parecen auténticos "guerreros" de la fe. También quiero decirle a mis amigos pastores, que este comentario no es una crítica a su labor, sino una reflexión acerca de cómo era la organización de la iglesia primitiva, y cómo pienso, personalmente, que deberíamos organizarnos, para acercarnos más al modelo bíblico.

     Porque, como sabéis, este blog trata de reconocer los tiempos proféticos de restauración que vivimos, y en este asunto del gobierno de la iglesia, también es preciso echar la vista atrás, al principio, para ver como fue establecida la organización de las primeras asambleas. De esa vista, podemos sacar las siguientes conclusiones:

1.-Las palabras anciano, obispo (supervisor) y pastor definen al mismo cargo.  Hechos 20: 17 y 28, Tito 1:5-9, 1ª Pedro 5:1-4

2.- Se establecían ancianos en plural en cada congregación, no encontramos ninguna congregación que estuviera dirigida por un solo pastor. Por lo tanto, el sistema uni-pastoral no está recogido en las Escrituras. Hechos 11:29-30, 14:23, 15:4,22,23, Santiago 5:14, Filipenses 1:1, 1 Timoteo 4:14

3.- Tan sólo encontramos dos categorías, en cuanto al gobierno de las asambleas en el Nuevo Testamento; diáconos y ancianos, por lo que bíblicamente no se justifica que cuando se eligen los consejos en la iglesia, hayamos creado tres (diacono-anciano-pastor). Igualmente, los diáconos no deberían asumir funciones que les corresponden a los ancianos, quiero decir, en algunas congregaciones, los diáconos tratan asuntos de consejería o problemas de índole personal, que en teoría quedan fuera de su ministerio, más centrado en asuntos materiales, por decirlo así. 

4.- Se animaba, a todos los miembros de la congregación, a participar activamente en la enseñanza y edificación de los demás. 1ª Corintios 14:26. Por lo que los cultos eran abiertos y participativos, aunque también se encuentran textos que muestran que Pablo exhortaba y daba sermones. Pero mi impresión particular es que hemos cambiado lo normal por lo especial, es decir, los cultos del Nuevo Testamento serían similares a los pocos cultos de libre compartir que hoy se dan en las iglesias, y los especiales de un sermón largo entonces, son los que ahora realizamos habitualmente.

     Entonces, ¿de donde viene la costumbre de elegir a un pastor?, pues al igual que en otros asuntos tenemos que decir, que la reforma no rompió totalmente con la organización de la iglesia apóstata, sí condenó por supuesto el papado y el falso sacerdocio, pero de alguna forma sustituyó la figura del sacerdote católico por la de pastor. Y es que las desviaciones en este asunto comenzaron mucho atrás, tras la desaparición de los apóstoles, y la dispersión de la iglesia judeocristiana, cuando poco a poco se fue complicando la sencilla organización de la iglesia primitiva.

     ¿Qué consecuencias puede tener para una congregación, el estar gobernada por un sólo pastor? Hay iglesias con un solo pastor que funcionan bastante bien y otras presididas por un consejo de ancianos que no lo van tanto, y al contrario, porque si no nos sometemos unos a otros, da igual el modelo que tengamos, la cosa no irá bien, y las Escrituras nos muestran la importancia de reconocer a los que nos presiden. 

    Ahora bien, hay que matizar que el texto "someteos a vuestros pastores...", en el original tiene el sentido de "dejaos persuadir", "sed dóciles". El responsable bíblico es más parecido a un guía que a un jefe o que a lo que el mundo entiende por un líder. Un guía te muestra el camino, no es tu capitán.

   Así pues, en mi opinión personal, las iglesias presididas en última instancia, por un solo responsable, pueden  tener los siguientes problemas:

    -En primer lugar, se crea una jerarquía en la iglesia.  El pastor pasa a ser una especie de presidente de una corporación, donde, por ejemplo, su voto decide las decisiones en caso de empate en las cuestiones que se traten en el consejo o la asamblea.

     Esta jerarquía no casa muy bien con las palabras del Maestro, quien dice claramente, que quien quiera ser el primero que sea el servidor, que todos somos hermanos y Uno es nuestro Maestro, que no llamemos a nadie "padre" espiritual. Incluso atendiendo a la etimología de la palabra "nicolaita", el enseñorearse de los laicos es algo que el Señor aborrece y es algo que se da de vez en cuando, con pastores excesivamente autoritarios.

     - Al estar monopolizada la enseñanza en un 80 % o más por una sola persona, los demás miembros, pueden delegar en ella su propia responsabilidad de escudriñar por sí mismos las Escrituras, dejando su sustento espiritual en manos de un "profesional". Esto provoca que los miembros de la congregación mantengan un conocimiento básico y superficial de las Escrituras durante muchos años.

     - Por otro lado, el pastor puede llegar a pensar, fácil e involuntariamente, que su palabra tiene, si no más valor, más "peso" que la de los demás hermanos. Es más, incluso se puede caer en tratar a los miembros de la congregación como niños espirituales que tienen que ser llevados de la mano pase el tiempo que pase.

     - El pastor puede cargarse, incluso, con más responsabilidades de las que debiera,con el desgaste psicológico que esto le conlleva, pues en su afán de ayudar y de ser el líder espiritual, puede sentirse frustrado cuando "sus ovejas" no le piden consejo, en asuntos que más bien se encuadran dentro del ámbito privado. Quiero decir que, aunque por supuesto, es buenísimo pedir consejo a alguien instruido firmemente en las Escrituras, el pastor no es "un confesor" y los miembros no tienen la obligación de consultárselo todo.

      - Personalmente pienso que se abusa del término "mi pastor", al referirse al responsable de la congregación, expresiones tipo "hoy no está nuestro pastor", cuando éste está de viaje, o enfermo. Creo, que al igual que no debemos llamar Padre a nadie en la tierra, y de la misma forma que Uno es Nuestro Maestro, debemos tener cuidado al usar la expresión "Mi Pastor" (esto es solo una opinión personal).

     - Iglesias con muchos años en el Señor, cuyos miembros ya deberían tener la suficiente madurez, no se plantean ni siquiera el hecho de poder organizarse de forma autónoma y reclaman la presencia de algún pastor o misionero, un profesional que les guíe. Delegan su propia responsabilidad de discipular y ser discipulados tal como el Señor mandó, bien por seguir con la tradición o, en otros casos, para vivir una vida religiosa más "tranquila", empleando para ello la mayor parte de las ofrendas, lo que hace que no se puedan apoyar otros ministerios o ayudas sociales. E, incluso, es común el hecho de llamar a un pastor "ordenado" para repartir la santa cena, lo cual es algo totalmente inventado.


     ¿Entonces, cómo deberían organizarse las iglesias, para acercarse un poco más al modelo bíblico?

    En mi opinión particular, las iglesias deberían estar gobernadas por un equipo, compuesto por dos o tres ancianos como mínimo y varios diáconos, lo cual no quita que alguno de esos ancianos cobre un sueldo -si la iglesia tiene capacidad para ello y no sé descuidan los otros motivos por los que se recogen las ofrendas- por dedicar más tiempo a la enseñanza, visitación, etc.. pero siempre en igualdad con los demás ancianos, es decir que el hecho de cobrar no signifique un reconocimiento superior respecto a los que no lo hagan.

   Este grupo debería convocar asambleas periódicamente, bien con el conjunto de los miembros de la iglesia, bien con los padres o representantes de las familias u otra fórmula, que posibilitara conocer la opinión del resto de los hermanos, antes de tomar decisiones importantes, que no se encuadraran en asuntos de índole privada y se fomentaría la participación activa de los miembros de la congregación en la investigación y enseñanza de las Escrituras. Y, en relación a los temas tratados en entradas anteriores, en cuanto a las ofrendas, aparte de  no imponer el diezmo, se establecería como prioridad en ellas, la ayuda a los necesitados y la propagación del evangelio.  Creo sinceramente que esto que digo se asemeja más al modelo bíblico, donde los hermanos maduros guían a los más nuevos, hasta que estos a su vez tienen la madurez suficiente para guiar a otros.
 

jueves, 13 de diciembre de 2012

Tradiciones evangélicas IV. La Santa Cena






      ¿Cómo fue la última cena que Jesús tomó con sus discípulos? ¿En qué se parece al acto con el mismo nombre, que celebramos en la iglesia? ¿Lo hacemos correctamente?

     Para intentar responder estas preguntas es preciso investigar y estudiar cómo celebraban la pascua los judíos del s. I, pues la última cena fue una cena de pascua.

     Desde hace miles de años, los judíos celebran la cena de Pascua (en hebreo Pesaj-salto-). En ella, conmemoran la liberación que recibieron en Egipto, la noche en que el ángel destructor pasó de largo, saltó, de las casas de los hebreos que tenían untada la sangre del cordero inocente, causando gran estrago entre los primogénitos de los egipcios.

     Hace unos 1980 años, un 14 de Nisán, nuestro Maestro y Salvador, celebró esta cena de pascua con sus discípulos, nosotros la llamamos la última cena. Es muy interesante conocer los elementos de los que se compone esta cena, ya que se cree que la celebración que hoy día hacen los judíos se parece bastante a la que realizó el Señor. Y vamos a conocer, también, como el Maestro no sólo se identificó con el cordero que era sacrificado para dicha cena, sino que, además, cada ritual que los judíos celebraban en esta cena, tenía su cumplimiento en Él.

     La cena de Pesaj, consta de cuatro copas de vino, un lavado ritual de manos, una comida simbólica y el matzot o pan sin levadura. Seguidamente, vamos a analizar cada uno de estos elementos (los judíos lo llaman el séder-orden- de pesaj), intentando conocer lo que el Señor quería enseñarnos en esa Pascua de las Pascuas. Durante siglos los hebreos habían celebrado año tras año esta cena, a manera de un ensayo que tuvo su cumplimiento en esa noche. Por eso el Señor dijo en Lucas 22:15 “…intensamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer.”



     Comenzamos, analizando el significado de las dos primeras copas y del lavado ritual de manos:

La primera copa es llamada de la bendición o santificación y viene precedida por una bendición, por una oración. En el texto de Lucas, figura en el versículo 17:

“Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y repartirlo entre vosotros”

Los judíos se reparten las copas en señal de que ya no son solo siervos como pasaba en Egipto, sino que ahora también son servidos.

Así pues, el Señor tomó esta copa e hizo la siguiente oración:

“Bendito seas tú, Adonai nuestro Dios, rey del universo, quien creó el fruto de la vid”. (Baruc atá, Adonai elohenu, melech Haolam, borei p´ree hagafem) y la repartió entre sus discípulos.


         A la segunda copa se le conoce como la copa de las plagas o de la ira de Dios, el objetivo es tener presente y ponerse por un momento en el lugar de los egipcios que sufrieron la pérdida de los primogénitos, con tremenda angustia, por eso se moja el dedo en la copa y se deja caer en el plato una gota por cada plaga. Esta copa no es mencionada en el relato de la cena, pero es interesante observar, cómo Jesús en Getsemaní dijo lo siguiente en Lucas 22:42-44 “diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Entonces se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndole. Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra”. Hay muchas interpretaciones de este texto, yo opino que el Señor no quería sentir esta copa de la ira de su Padre sobre Él.

         Después de esta copa, en el orden de la cena, tiene lugar un lavado ritual de las manos, se vierte agua de una jarra sobre la mano. Sin embargo, el Maestro en esta pascua de las pascuas, lavó los pies de sus discípulos enseñándoles una lección de humildad –pues habían estado discutiendo sobre quien de ellos debía ser considerado como el mayor-, de cómo debían comportarse unos con otros.

     Antes de seguir con el estudio de los elementos del Séder, es preciso mencionar como el Señor cuidó cada detalle de la Cena, es muy interesante conocer que del estudio de los textos, se deduce que judas se sentó (se reclinó) a la izquierda del Maestro y Juan a la derecha. Los judíos tienen la costumbre de reclinarse sobre el lado izquierdo, como hacían los antiguos reyes, recordando que ya no eran esclavos en Egipto. Por eso Juan se reclinó sobre el pecho del Señor para preguntarle quién era el discípulo que había de entregarle, y cuando Jesús respondió “Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar” es porque sentó a Judas a su izquierda en un lugar privilegiado, aun sabiendo que lo iba a entregar y metían la mano en el mismo plato.

         A continuación del lavado de manos, toma protagonismo el elemento más importante de la cena, el pan sin levadura (en hebreo Matzot, que significa “pan de aflicción”). El Señor, ordena a su pueblo en Éxodo 12:15, a celebrar la fiesta de los panes sin levadura durante siete días.


         Así pues, al llegar la pascua, los judíos limpiaban hasta el último reducto de levadura antes de disponerse a celebrar la cena , y celebraban la fiesta de los panes sin levadura durante siete días.

         La levadura representa al pecado, a la maldad del hombre. Es curioso que durante la cena de pesaj se utilizan tres Matzot, que se almacenan en una bolsa llamada “Ejad” que significa unidad. Los judíos ortodoxos no saben muy bien de donde viene esta tradición y creen que cada uno de los tres panes simboliza respectivamente a Abraham, Isaac y Jacob. Sin embargo los judíos mesiánicos están convencidos que estos tres trozos representan a la trinidad. Siendo el pan del medio el que hace referencia a Jesús, por lo siguiente:

         En un momento de la cena, se saca el pan del medio y se parte en dos, una de las mitades se envuelve en un trozo de lino y se guarda para el final de la cena. A este trozo que se envuelve se le llama “Aficoman” que significa “yo ya he venido”. Para los cristianos judíos representa el cuerpo del Señor que fue sepultado y resucitó. Y muchos piensan que fue este pan el que el Señor partió y dio a sus discípulos, antes de tomar la tercera copa, la de la redención, que luego mencionaremos.

         Lucas 22:19, dice: “Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.”

         Así pues Jesús pronunció la bendición sobre el pan “Bendito eres tú, Dios nuestro Señor, Rey del universo, quien saca el pan de la tierra” (en hebreo “Baruj atá Adonai Eloheinu melej haolam hamotzi lejem min haaretz”), y se identificó con este pan sin levadura, sin pecado, que fue partido por nosotros.

De esto sacamos varias aplicaciones: la levadura es identificada con el pecado, Jesús advirtió por ejemplo a sus discípulos que se guardaran de la levadura de los fariseos, que un poco de levadura es suficiente para leudar toda la masa. Él se identificó como ese pan sin levadura como el único que ha pisado esta tierra que no ha cometido pecado, al que venció con su sacrificio en la cruz, y al participar del pan, además de recordar su muerte, debemos de seguir su ejemplo de vivir sin la levadura del pecado.

          Nosotros, al igual que los judíos limpian hasta el último reducto de levadura de sus casas, tenemos que intentar limpiar de nuestros cuerpos todo aquello que no le agrada a Dios.

          Y es curioso también, que el Señor mandó comer esta cena ceñidos, vestidos y calzados como para salir corriendo, de la misma forma nosotros debemos estar preparados para huir del pecado.
  
           Para terminar, vamos a ver las dos últimas copas, que se toman al finalizar la cena. Lucas menciona la tercera copa de pesaj, que mirad que maravilla que los judíos aun hoy la llaman "la copa de la redención", se toma tras la cena para recordar la sangre del cordero inocente, que untada en los dinteles de las puertas, libró del ángel destructor. Dice Lucas 22:20:

         “De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.”

         ¿A qué nuevo pacto se refería Jesús? Pues al que viene descrito en Jeremías 31: 31-34, en donde el Señor dice que pondrá su ley dentro del corazón de los hijos de su pueblo y que perdonará y no se acordará más de sus pecados.

         El Señor declaró esa noche el inicio de este nuevo pacto, en el que nos perdonaría, no acordándose de nuestros pecados que serían limpiados por su sangre.

         Para finalizar la cena, encontramos la cuarta copa, que se llama la copa de Hallel (alabanza), y se recitan o cantan los salmos del 113 al 118.

         Mateo 26:30, dice que después de la cena ..” Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos.”

         Es decir, la cena se terminó cantando un himno, uno de estos salmos del 113 al 118. Y la verdad, es que resulta impresionante leer estos salmos, pensando en que el Maestro los cantara en esa noche…no sabemos cual cantó, pero yo me emocioné leyendo el 116 y pensando en el Señor en esa noche. Leedlo con este pensamiento y entenderéis lo que digo.

Y así terminó la cena, Jesús fue traicionado, apresado y fue llevado ante Pilato, este después de interrogarlo, pronuncio casi sin saber lo que decía “no encuentro delito en Él” (Lucas 23:14). Era el catorce de Nisán, en ese momento normalmente el sumo sacerdote declaraba refiriéndose al cordero “no encuentro falta en él”, y cuando se sacrificaban muchos corderos en el templo, Jesús fue crucificado. Ese día hubo tinieblas desde las 12 a las 3 de la tarde, hora en que el cordero pascual era sacrificado por el sumo sacerdote, quien decía la frase “consumado es”. Exactamente a la misma hora nuestro Bendito Salvador pronunció la misma frase “consumado es”. La tierra tembló, el velo del templo se rompió y el pecado fue vencido en la cruz.

          En mi humilde opinión, nuestra celebración de la Cena ha perdido bastante profundidad. En primer lugar, utilizamos pan con levadura, lo que es totalmente inapropiado, si utilizamos el pan como un símbolo del cuerpo de Cristo, ¿cómo podemos utilizar un pan leudado, con levadura que representa al pecado?

         En segundo lugar se trata de una cena, no de un “desayuno” que es lo que actualmente celebramos, Estudiando 1ª de Corintios 11:18-34, podemos deducir que la celebración de la Cena del Señor, se realizaba durante un ágape, una cena de convivencia, parece ser que Pablo los exhortaba a esperarse unos a otros para empezar la cena bendiciendo y partiendo el pan y que al final de la comida fraternal, tomarían la copa.

         Realmente, no conocemos, exactamente, como los primeros cristianos celebraban la Cena del Señor y cada cuanto tiempo.
        

         Pensando en esto, sentí curiosidad por saber cómo celebran en la actualidad los cristianos judíos la Cena del Señor y he observado que también en ellos hay diversidad. Tienen en común que todos celebran la pascua judía, el catorce de nisán, al igual que hacían los apóstoles, con su significado completo en Jesús. En cuanto a la cena del Señor, la celebran el sábado por la noche y  usan pan sin levadura y vino, pero algunos lo hacen una vez al mes, otros dos o más veces al mes y otros sólo lo celebran la noche del 14 de Nisán (CREO QUE ESTA ES LA OPCIÓN ACERTADA, LO QUE EL SEÑOR MANDÓ FUE RECORDAR SU MUERTE DURANTE LA CENA DE PESAJ).

         En definitiva, me gustaría lanzar un reto a los responsables de las iglesias, a que investigaran este tema y se decidieran a celebrar la Cena de una forma más cercana a su propósito original. Si quieres ver un vídeo sobre el tema pincha aquí: https://www.youtube.com/watch?v=V2ZkfDe2MpA


viernes, 7 de diciembre de 2012

Tradiciones evangélicas III: El día de reposo.

    


     Al igual que en otros asuntos, yo daba por hecho, que el domingo era el día de reposo para los cristianos. Que en la antigüedad era el sábado, pero que tras la resurrección del Señor el día sagrado pasaba a ser el domingo. Día especial para reunirnos, adorar, y escuchar de la Palabra, y día de descanso.

     Sin embargo, no hay ningún texto bíblico que diga que el día de reposo hubiera de trasladarse al domingo, más bien al contrario, pues dice el cuarto mandamiento "acuérdate del día de reposo (sabat) para santificarlo" y en éxodo 31:16 "LOS HIJOS DE ISRAEL guardarán, pues, el día de reposo, celebrándolo por todas sus generaciones como PACTO PERPETUO".


                                 

     Nuestro Señor guardaba el sabat, las discusiones con los fariseos eran porque estos se fijaban más en la letra de la Ley que en el espíritu de esta, por eso criticaban que el Maestro sanara en sábado, o que los discípulos arrancaran espigas para comer en ese día. Los fariseos preferían que se murieran de hambre antes de que "hicieran el trabajo" de recoger espigas, y de la misma forma criticaban que alguien fuera sanado en ese día. Jesús les enseñó el verdadero significado del día de reposo, que El era el dueño de ese día, y que al igual que los sacerdotes "trabajaban" en ese día incumpliendo el mandamiento por el servicio a Dios, sus discípulos también se encontraban en una situación similar, pero nunca dijo que dicho día se aboliría ni que pasaría a otra jornada.

     Así pues, los primeros discípulos, continuando en las costumbres de su pueblo, como judíos, guardaban el sábado, asistiendo a la sinagoga o al templo, reuniéndose el primer día de la semana para partir el pan (Hechos cap. 20:7). Pero, como ya vimos, esta observancia no se les imponía a los creyentes gentiles.

     Se considera, que las razones por las que se produjo el cambio al domingo, fueron que la resurrección y las primeras apariciones del Señor ocurrieron el primer día de la semana (domingo). Sin embargo, no hallamos en el Nuevo Testamento ningún texto que nos indique que se celebrara el día de la resurrección del Señor, se habla de que se reunían el primer día de la semana para "partir el pan" (hay que recordar además que en el calendario judío el primer día de la semana empieza en nuestro atardecer del sábado), aunque de los escritos de Pablo se desprende que la Santa Cena se podía celebrar en cualquier momento en que los discípulos se juntasen (1 Corintios 11:18).

     Entonces ¿qué es lo que provocó este cambio de día?, la iglesia católica afirma que se trata de una supuesta tradición que viene de la era apostólica, que el cambio lo estableció la iglesia usando de su "magisterio", ¿pero es esto así?, os paso un fragmento de un profundo estudio que sobre este tema realizó el Doctor en Teología, Samuele  Bacchiocchi:


"... El relato de la última visita de Pablo a Jerusalén (Hch. 21), con la mención de que éste "se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén" (Hch. 20:16) y de que pasaron "los días de los panes sin levadura" en Filipos (Hch. 20:6), hace suponer que el calendario litúrgico judío todavía era observado por los cristianos. Lo que ocurrió en Jerusalén es especialmente revelador. Santiago y los ancianos no sólo informaron a Pablo de que miles de judíos convertidos eran "celosos por la ley" (Hch. 21:20), sino que le presionaron para que les probara, sometiéndose a un rito de purificación en el templo, que él mismo continuaba "guardando la ley" (Hch. 21:24). A la luz de esta pertinaz observancia de la ley, es muy difícil concebir que la iglesia de Jerusalén se atreviese a abrogar uno de sus preceptos más importantes (la observancia del sábado) substituyéndolo por la veneración del domingo. M. M. B. Turner acertadamente sugiere lo contrario: "La influencia de Santiago, cuya adhesión a las devociones judaicas era proverbial, y el apoyo del elemento conservador (sacerdotal y fariseo) de los dirigentes de Jerusalén, aseguraron la observancia del sábado en Jerusalén y en sus iglesias satélites." [66]
La iglesia de Jerusalén después del año 70. Difícilmente podía cambiar la situación después de la destrucción del templo (70 d. C.). Los historiadores Eusebio (260-340) y Epifanio (315-403) confirman que en tiempos de Adriano (135 d. C.), la iglesia de Jerusalén estaba compuesta y administrada por judeocristianos, descritos como "celosos defensores de la observancia literal de la ley." [67] Según Epifanio, la secta judeo-cristiana de los Nazarenos, considerados por su ortodoxia como "los auténticos sucesores de la comunidad primitiva" [68] de Jerusalén todavía observaba en el siglo IV, entre otras Prácticas del Antiguo Testamento, "la circuncisión y el sábado." [69] La conclusión está clara: la tradicional costumbre de guardar el sábado seguía practicándose entre los cristianos de Palestina mucho después de la destrucción del templo.
Esta conclusión es confirmada por la llamada "Maldición de los Cristianos" (Birkath-ha-Minim), una jaculatoria introducida en las oraciones de la sinagoga por las autoridades rabínicas palestinas (hacia 80-90) para impedir que cristianos clandestinos participasen en los servicios judíos. [70] El que los cristianos de Palestina siguieran participando en los servicios de la sinagoga, poco puede abogar en favor de su observancia del domingo. Así pues, los datos de la historia impiden hacer de la iglesia de Jerusalén la iniciadora de una innovación litúrgico de la transcendencia del culto dominical. [71] De todas las iglesias cristianas, ésa era precisamente la más aferrada, por motivos raciales y teológicos, a las tradiciones religiosas de Israel.
Las disposiciones de Adriano. El año 135 trajo cambios radicales para el mundo judío. El emperador romano Adriano terminó de aplastar la segunda sublevación de los judíos, acaudillada por Barkokeba (132-135). Jerusalén se convirtió en una colonia romana. Los judíos (incluidos los judeo-cristianos) fueron expulsados del país. Adriano promulgó una serie de disposiciones prohibiendo la práctica del judaísmo, y en particular la observancia del sábado en todo el imperio. [72] Esta represión anti-judía favoreció la aparición de un género de literatura "cristiana" Contra los Judíos ("Adversus Judaeos"), en la que se quería dejar constancia de la separación y condena del judaísmo. [73] Se condenaban principalmente las costumbres más características de los judíos, tales como la circuncisión y la observancia del sábado. Existen indicios interesantes de que la observancia del domingo empezó a introducirse en esas circunstancias, como un esfuerzo del cristianismo por dejar clara ante Roma su independencia del judaísmo." (para quién quiera leer el estudio completo, puede dirigirse a  http://contestandotupregunta.org/Santuario/new2/delsabadoaldomingo.htm)


     En mi opinión, como en tantas otras cosas, el distanciamiento de la cristiandad de sus raíces judías tras la desaparición de los apóstoles, y la dispersión de la iglesia judeocristiana, produjo este grave error, cuyas consecuencias aún arrastramos. Ya Justino en el s.II defiende la reunión en domingo, como día del Señor, en contraposición al sábado de los judíos. Estos estaban proscritos en todo el imperio, tras las sublevaciones, y los cristianos fueron distanciándose de ellos. Este distanciamento fue dando paso a un cierto antisemitismo hasta que en el s. IV Constantino prohibió expresamente que se celebrara ninguna fiesta de los judíos. Con lo que las iglesias se quedaron sin la enseñanza incluida en ellas.

    ¿Estoy diciendo que no debemos reunirnos en domingo? Por supuesto que no, los primeros cristianos tenían reuniones el primer día de la semana, y en nuestra sociedad es un día festivo ideal para poder congregarse, lo que sí digo es que el domingo NO ES EL NUEVO DÍA DE REPOSO, éste siempre ha sido y será el sábado. Nosotros los gentiles no estamos obligados a guardarlo pero sí debemos de volver a darle el valor que merece como día especial, sagrado, que el Eterno estableció.

     Si prefieres ver un vídeo sobre el tema, pincha aquí: https://www.youtube.com/watch?v=nyljbAK7hWc    

sábado, 1 de diciembre de 2012

Tradiciones evangélicas II: La Navidad.




  Es interesante el revuelo que se ha formado, cuando la persona a la que llaman "papa", ha dicho que en el portal de Belén no había buey ni mula. Vivimos en un país muy tradicional y ese simple detalle descuadra a las personas, imaginaos lo que sucedería si siguieran diciendo que María tuvo más hijos, que la Biblia prohíbe las imágenes, que sólo hay un mediador entre Dios y los hombres... creo que aunque algún papa lo dijera -cosa alto improbable pues se desmontaría todo el chiringuito-, la gente seguiría con sus imágenes y sus fiestas religiosas. Y es que, hay quien define al ser humano, como un "animal" de costumbres.

     En la iglesia evangélica presumimos de que sabemos bastantes más cosas, por ejemplo que no se precisa el número de los magos (no reyes) que acudieron a la casa (no al portal) y que no se sabe con exactitud cuando nació Jesús, pero, creo que desconocemos en gran parte, de dónde proviene la celebración de la navidad.

     Jesús no mandó celebrar su nacimiento, en cambio sí que recordásemos su muerte. Durante los primeros siglos no se celebraba la navidad entre los cristianos. En el imperio romano, al igual que en otros pueblos de la antigüedad, se celebraba el 25 de diciembre el día del nacimiento del dios Sol, con una fiesta alegre y popular. Cuando la iglesia se oficializó, en el s. IV, los obispos que ya tenían mucho poder decidieron junto con las autoridades, cambiar esa fiesta pagana, por el nacimiento de Cristo, con el fin de facilitar el acceso de las masas a la nueva creencia oficial. Siglos después, cuando el cristianismo llegó a los países nórdicos, se adaptó de la misma manera la costumbre pagana que allí tenían de adornar un árbol en estas fechas, por el árbol de navidad, dándole un nuevo significado.

     Por estos motivos hay algunos cristianos que no celebran la navidad. Yo opino que, aunque la Biblia no ordena que se celebre, tampoco lo prohíbe y pienso que siempre es un buen momento para celebrar el nacimiento del Señor y por lo tanto, también en Navidad, más aún cuando parece que la gente intenta ser un poco más solidaria.

     Sin embargo, también es verdad que miro esta festividad de un modo diferente, aunque me sigue gustando, ya no causa en mí el mismo efecto, ni la vivo intensamente como hasta hace pocos años. El motivo tiene que ver con los tiempos de restauración que vivimos y que vengo anunciando en estos comentarios. Es ahora, cuando se vuelve a estudiar la raíz hebrea de nuestra fe, que podemos acercarnos de una manera más correcta a los acontecimientos que rodearon el nacimiento del Mesías.

                                        

El Nuevo Testamento SÍ relata la fecha aproximada en que Yeshua nació. Esta la podemos deducir estudiando a Zacarías el padre de Juan el Bautista. Vemos en Lucas 1:5 que pertenecía a una de las 24 familias de sacerdotes que servían en el Templo, según el orden que estableció el rey David en 1ª Crónicas 24:10. A Zacarías le correspondía el octavo turno pues era de la clase de Abías.
Según la tradición judía, en Pascua todos los sacerdotes tenían que servir en el Templo y tras ésta, cada semana le tocaba a una familia. Así pues, ocho semanas después de la finalización de la pascua, que comenzaba a mediados de abril, Zacarías ministraba en el Templo, siendo en ese tiempo que su mujer quedó embarazada. Es decir, su mujer, Elizabeth, quedó embarazada a finales de junio y llevaba seis meses de embarazo cuando concibió María, como vemos en Lucas 1:36. Significa que María concibió a finales de diciembre, por lo que Jesús nació sobre finales de septiembre que es cuando se celebra en Israel la Fiesta de los Tabernáculos o de las cabañas (Sucot).

     Al separarse tan pronto el cristianismo del judaísmo, en el s. II, se perdió la enseñanza incluida en las siete Fiestas Sagradas que el Creador ordenó guardar a su pueblo en Levítico cap. 23. La Fiesta de los Tabernáculos o de las cabañas era una de las tres más importantes, y requería la peregrinación de los judíos a Jerusalén. Y es por ello que José no halló lugar en ninguna posada, porque Jerusalén y todos sus alrededores estaban llenas de peregrinos. (Vuelvo a recomendar el siguiente enlace, para quien no lo haya visto)http://www.youtube.com/watch?v=JbUNBpUy0Hg

    

¿Qué es lo que se celebra en esta fiesta?
Levítico 23:34-43
Pues Dios mandó a su pueblo que en el séptimo mes (finales de septiembre principios de octubre) se hiciera sukas (cabañas) en las que habitaran por siete días. El pueblo recuerda la liberación de la esclavitud, cómo Dios los visitó cuando estaban en tremenda oscuridad, y al hacer las cabañas y habitar en ellas, recuerdan su estancia en el desierto, cómo Dios los protegió y cómo el Señor habitó con ellos en el tabernáculo.
Y es así donde cobra sentido realmente el versículo del evangelio de Juan que dice "Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros." (Juan 1:14), la palabra "habitó" (skene/os en griego), se refiere a "habitar en tabernáculos", luego sería más correcto traducir el versículo "Y el Verbo se hizo hombre y fijó tabernáculo entre nosotros...".
Ah! Y otra curiosidad, la palabra suka en hebreo puede utilizarse tanto para cabaña como para establo, yo creo que Jesús nació en una de estas cabañas.

    Este año ha sido el primero que como familia hemos celebrado a nuestra forma el nacimiento del Señor en su época correcta: De una forma sencilla, cuando se celebraba en Israel la Fiesta de las Cabañas, tuvimos una cena especial en la que leímos en el Evangelio la historia del nacimiento del Salvador y luego dimos gracias por la misericordia y el amor que nos demostró al habitar entre nosotros, y tengo que decir que fue una bendición para todos. Eso no quita que lo volvamos a celebrar ahora, y lo haremos pero sabiendo la verdad de las cosas. Bendiciones.

martes, 27 de noviembre de 2012

Tradiciones Evangélicas I: EL DIEZMO

    



     Desde siempre es algo que continuamente habíamos oído, "hay que apartar el diez por ciento de lo que se gana para la ofrenda, para el Señor". Si ganas 1000, pues 100, si ganas 500 pues 50... y así sucesivamente. En mi casa lo dábamos por hecho, pero, profundizando en las Escrituras, uno se da cuenta de que el tema del diezmo quizás no haya sido tratado correctamente, -al menos en mi caso pienso que así ha sido-, en la iglesia evangélica en general. Estudiando sobre el tema en la Biblia, surgen las siguientes preguntas: ¿es bíblico el diezmo? ¿está aún vigente para nosotros?

    A la primera pregunta, la respuesta es que SÍ, que estaba establecido en las Escrituras, para el pueblo de Israel. En cuanto a la segunda pregunta, la respuesta es NO, pienso que no está vigente para nosotros como un mandato expreso para los creyentes gentiles. Seguidamente paso a ampliar y respaldar estas respuestas en base a las Escrituras:

     Deuteronomio 14:22-23 "Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera, lo que rinde tu campo cada año. Y comerás en la presencia del Señor tu Dios, en el lugar que El escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al Señor tu Dios".

     De estos versículos se desprenden varias enseñanzas: El diezmo era una especie de impuesto nacional, religioso. Se debía de dar en productos de la tierra o del ganado. Se entregaba una vez al año. Cuando se construyó el templo (el lugar escogido para poner su Nombre) se depositaba allí.

     En los siguientes versículos del cap. 14 de Deuteronomio, se dice que el que estuviera lejos del Lugar Santo, podía llevar dinero y al llegar allí cambiarlo por los productos que quisiera (con el tiempo se establecieron los cambistas, esos a los que Jesús tuvo que echar). Y que, cada tres años, el diezmo iría íntegramente para los levitas, los forasteros, los huérfanos y las viudas. Es interesante saber también que a los jornaleros no se les imponía el diezmo de su salario, en su caso se trataba de ofrendas voluntarias.

     En definitiva, el diezmo estaba circunscrito al pueblo de Israel y al templo. En mi opinión, es muy probable que los primeros discípulos que tuvieran tierras o ganado, al ser judíos, siguieran llevando al templo sus diezmos, al igual que seguían participando de las costumbres de su pueblo. Pero el diezmo NO TIENE NADA QUE VER CON LA IGLESIA,-de la misma manera que hay mandamientos que solo te afectan si  eres levita, por ejemplo-, y menos aun con las asambleas gentiles, a los que no les eran impuestas las costumbres judías, como ya vimos. Los apóstoles y los primeros discípulos no diezmaban cuando se reunían, ni enseñaron a las iglesias a hacerlo. Las ofrendas eran voluntarias y secretas, y algunos daban mucho más que el diezmo pues DABAN TODO LO QUE TENÍAN. (Hechos 4:32-37, 1 Corintios 16:2,  2ª Corintios 9:7).


                                          

    Siempre que se menciona el diezmo en la Biblia tiene que ver con el pueblo hebreo, los fariseos habían llevado hasta el extremo esta observancia, cosa que el Señor les recriminó en Mateo 23:23, no porque no debiesen diezmar, sino porque prestaban más atención a ello que a la justicia o la misericordia. ¿Quiere decir esto que los creyentes no debemos ofrendar? en absoluto -de hecho yo no he encontrado a ningún verdadero creyente que diga tal cosa-, vemos en el Nuevo Testamento, que eran muy generosos y que la prioridad de estas ofrendas era "el acordarse de los pobres" y que también los que trabajaban a tiempo completo difundiendo el evangelio, tenían derecho a recibir su sustento de estas ofrendas.

    En definitiva, en mi opinión particular, se puede sugerir, recomendar, aconsejar... el diezmo como una forma muy buena de organizar la ofrenda personal, fijándonos en este modelo por el que se regía el pueblo escogido, obedeciendo al Señor, pero nunca se debe imponer. Para personas que cobran poco, el diezmo puede ser demasiado y al contrario si cobran mucho. No se pueden poner cargas de conciencia en este asunto a personas que lo que necesitan es ser ayudadas, y menos aún utilizando textos como el famoso de Malaquías, que como ya he explicado se encuentra dentro del contexto del pueblo de Israel y del templo. Tampoco vale decir que no tenemos para ofrendar y luego gastarnos el dinero en caprichos innecesarios. Concluyendo, lo suyo es hacer caso, como siempre, a la Palabra:

     "Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad porque Dios ama al dador alegre."

    

miércoles, 21 de noviembre de 2012

De Jerusalén a Roma (parte III)




     Así pues, tras las rebeliones judías, y la consecuente dispersión de la iglesia judeocristiana, las congregaciones gentiles, fueron poco a poco introduciendo costumbres paganas en sus reuniones y dejaron que la filosofía griega fuera influyendo en sus doctrinas, además, como el judaísmo pasó a estar mal visto en todo el imperio, los cristianos intentaban distanciarse y no ser confundidos con ellos. Aunque con esto no quiero quitar ni un ápice de valor, ni de reconocimiento a tantos y tantos hermanos que en los primeros siglos dieron su vida por Aquel que entregó la suya en la cruz y que contribuyeron con sumo coraje a la difusión de la Palabra de Dios por todo el mundo, entonces conocido.



     Pero el hecho de abandonar las raíces hebreas de la fe, trajo graves consecuencias, pues poco a poco, sobre todo en Roma, se empezó a dar mucha importancia a una supuesta tradición apostólica -por otra parte totalmente inventada, pues como hemos visto los apóstoles no dejaron las costumbres de su pueblo-, que justificaba cambios que, a la postre y con el pasar de los siglos, darían paso a las tremendas desviaciones que habitan en la iglesia católica.

     El historiador de la iglesia, Eusebio, relata dos controversias que tuvieron lugar en el s.II, en relación a la fecha en que debía celebrarse la pascua. A principios del s.II, Aniceto, obispo de Roma se reunió con Policarpo quien fue discípulo del apóstol Juan, para tratar este tema. Las iglesias de Asia, entre ellas la de Policarpo, guardaban la pascua en el día señalado, cuando los judíos sacrificaban al cordero pascual, el 14 de Nisan, cayera donde cayera en cuanto al día de la semana. Sin embargo, en Roma se había considerado que lo correcto era celebrarla en domingo y Aniceto intentó sin éxito convencer a Policarpo, pero ambos se despidieron en paz. Sin embargo, algunos años después, otro obispo de Roma llamado Víctor, ya intentó imponer por la fuerza, bajo amenaza de excomunión, el cambio en la celebración de la pascua a las iglesias de Asia, aunque gracias a la actuación de otros obispos como Irineo la cosa no fue a mayores.

     Entre tanto, la iglesia sufría periodos de gran persecución, a pesar de lo cual, no dejaba de crecer y crecer, dando buen testimonio entre el pueblo, teniendo una sana doctrina en cuanto a la salvación por la fe en el Señor, no se adoraban imágenes ni santos, y se reconocía a Jesús como el único mediador, no obstante, ya se empezaron a meter doctrinas extrañas influidas por la filosofía griega. Entonces el adversario cambió de táctica y a principios del s. IV el emperador Constantino oficializó el cristianismo como la religión oficial del estado, le dio riquezas y poder a los obispos y fue a partir de ese momento, cuando la asimilación y la paganización entraron de lleno en las iglesias. Se prohibió expresamente celebrar ninguna fiesta que coincidiera con la de los judíos, lo que ha provocado que aún hoy haya un desconocimiento general, incluso en los seminarios, de las Fiestas Señaladas y de la profecía incluida en ellas.

     El distanciamiento del judaísmo producido en los primeros siglos, dio lugar al antisemitismo, que tuvo su máximo apogeo siglos después con la inquisición y las cruzadas. Las fiestas paganas se cristianizaron, por ejemplo, se impuso el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre que era el día del dios sol, cuando la realidad es que estudiando las Escrituras, podemos llegar a la conclusión que él nació durante la Fiesta de los Tabernáculos (finales de septiembre-principios de octubre). Y es que si leyéramos los evangelios desde una perspectiva hebrea, apreciaríamos mejor muchas cosas, que han sido deformada por la tradición, os paso este enlace, que aunque, en mi humilde opinión tiene algún fallo -sobretodo en la disposición de los discípulos en la última cena-, sí relata los hechos de los evangelios de una forma más cercana a la realidad:http://www.youtube.com/watch?v=JbUNBpUy0Hg

     Con el paso del tiempo esta paganización, dio lugar a la idolatría, la adoración a María y los santos, doctrinas como el limbo, el purgatorio o las indulgencias, el papado romano, etc.. en fin, todas las tremendas desviaciones que habitan en la iglesia católica.

     Desde el mismo s. IV con Prisciliano, ya existieron grupos de cristianos que se oponían a esta paganización, grupos que fueron acusados de heréticos y que fueron aniquilados por la iglesia de Roma, valdenses, anabaptistas... sufrieron de su persecución, hasta que en el s. XVI el Señor permitió que triunfara la reforma en Alemania, y un soplo de aire fresco regó toda la cristiandad. Sin embargo, era tal la cantidad de tradiciones paganas que habitaban en la iglesia católica, que la reforma no pudo desprenderse de todas y en las iglesias evangélicas tenemos muchas de ellas, de las que hablaremos próximamente si Dios quiere. En 1967 coincidiendo con la reunificación de Jerusalén, el movimiento judío-mesiánico obtuvo un crecimiento sin precedentes, por primera vez después de dos mil años, judíos predicaban a otros judíos acerca de Yeshúa el Mesías. Y es a través de estos hermanos conocedores de las raíces hebreas, que podemos acercarnos más fidedignamente al relato de los evangelios.

martes, 13 de noviembre de 2012

De Jerusalén a Roma (parte II)



     Tras la declaración de Pedro, los hermanos reunidos en Asamblea, decidieron que no se debía molestar a los creyentes gentiles con estos asuntos y establecieron unas normas generales para ellos, encomendando a algunos hermanos, para hacérselas llegar mediante una carta, en la que decían:

     "...Porque pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros mayor carga que estas cosas esenciales: que os abstengáis de cosas sacrificadas a los ídolos, de sangre, de lo extrangulado y de fornicación. Si os guardáis de tales cosas, bien haréis. Pasadlo bien." (Hechos 15:28-29).

     Para muchos comentaristas, los discípulos lo que hicieron es aplicar las normas que ya estaban establecidas, debían cumplir los extranjeros que se unían, o residían, junto al pueblo de Israel ,en Levítico cap 17.

     Pienso que fue una decisión excepcional, un modo perfecto en que pudieran convivir estos dos grupos de creyentes, los de origen judío y los gentiles. Pues para los hermanos judíos era un gozo permanecer en las costumbres de su pueblo, no de la forma extremadamente legalista de los fariseos, sino siguiendo el ejemplo del Señor, pues, Yeshúa, fue circuncidado, guardaba el sábado de la forma correcta y participaba de las fiestas que daban testimonio de Él. Por otro lado, los gentiles se sentían liberados de lo que para ellos era una carga, ateniéndose a esas sencillas e importantes normas. Pero todos tenían claro que era por la fe en Jesús y por su gracia, que podían obtener la salvación, como ya hemos visto.

     En mi opinión, lo que ocurrió fue que, a los primeros discípulos, les llegó por sorpresa la noticia de que miles de gentiles se estaban convirtiendo al Señor, a pesar de la gran comisión que Éste les enconmendó. Ellos estaban centrados en su mundo judío, esperando, además, un pronto regreso del Salvador, esta vez como Rey y para reinar. Creo que la carta de Pablo a los Gálatas, debió de ser escrita en ese momento en concreto, poco antes del concilio de Jerusalén, pues estos hermanos se veían forzados por algunos judíos creyentes, a seguir las normas de la Torah, tal es así que incluso el mismo Pedro fue amonestado por Pablo, y también Bernabé se vio confundido (Gálatas 2:11-13). Al menos el incidente con Pedro, debe de haberse producido antes del concilio de Jerusalén, pues si  hubiera acontecido después, Pablo habría hecho referencia a lo establecido en él y además sería señal de que dichas normas no se estaban aplicando, por parte de Pedro y Bernabe, lo que me parece altamente improbable.

     En definitiva, a partir del concilio de Jerusalén (año 50, aprox), pienso que había dos grupos en la iglesia primitiva, el de los judíos creyentes que seguían en las costumbres de su pueblo (aunque no de la forma estricta farisaica, y por supuesto, sabiendo que el único sacrificio que quitaba los pecados fue el del Mesías), y el de los gentiles que estaban exentos de guardarlas. Esto lo podemos ver en el capítulo 16 de Hechos, donde, por un lado, observamos que Pablo circuncidó a Timoteo, pues para los creyentes judíos era algo importante aunque no fuera necesario para la salvación, y por otro fue visitando a las iglesias entre los gentiles, entregando la carta con las recomendaciones de los apóstoles, adoptadas en el concilio. Y es por eso también, que el mismo Pablo que condenaba a los judaizantes de los gentiles, participaba y vivía las fiestas conforme a la Torah, tal es así que incluso hacía votos (Hechos 18:18).

     Y así fue funcionando la iglesia bajo la dirección de los apóstoles, desde Jerusalén. Eran lo hermanos gentiles los que estaban "injertados en el olivo" (Hechos 11:16-18), los que aprendían de las tradiciones hebreas disfrutando de la libertad en Cristo.

     Pero, tras la muerte de los apóstoles y las dos grandes rebeliones judías contra el imperio romano, la situación cambió. Después de las guerras, especialmente cuando el emperador Adriano decretó la expulsión de los judíos de su tierra (año 135), éstos y sus costumbres pasaron a ser proscritos en todo el imperio, se prohibió el estudio de la Torah y la observancia del sábado.

                   

     Y por desgracia, un cierto antisemitismo empezaba a aflorar dentro de la iglesia. Se empieza a imponer la interpretación alegórica de las Escrituras y a considerar que el verdadero pueblo de Dios ahora es sólo la iglesia. Al estar prohibido por ley guardar el sábado, los cristianos fueron teniendo sus reuniones en domingo, el día del dios sol, día oficial del imperio.

     De hecho, en una época tan temprana como el año 150 de nuestra era, Justino mártir en su diálogo con el judío Trifón, expone que la observancia del sábado y otras festividades eran una especie de castigo que el Creador había impuesto a ese pueblo rebelde y de dura cerviz. Y, con el paso del tiempo, se fue sembrando la idea de que este día debía ser sustituido por el domingo, como día sagrado de reposo. Por ello, hasta nuestros días ha llegado la enseñanza de que el domingo es el día sagrado a celebrar porque es el día en que el Señor resucitó, pero la realidad es que no hay un sólo texto bíblico que respalde esta afirmación. Todo lo contrario, el día de reposo es un pacto eterno (de Dios con el pueblo judío) establecido en los diez mandamientos. Otra cosa es que los gentiles no estemos obligados a guardarlo, pero creo que el peso de la tradición nos ha cegado en este asunto y no le damos el reconocimiento debido a este día que el Señor santificó.

      En definitiva, esas iglesias gentiles que eran las ramas injertadas en el olivo, pasaron, en muchos aspectos, a intentar ser el olivo, en el que se injertaban las historias del antiguo testamento de forma alegórica, para enseñanza. Y las iglesias judeocristianas, que habían huido de Jerusalén, estableciéndose al oriente del Jordán, cuando la vieron rodeada de ejércitos, conscientes de la profecía que Jesús hizo sobre ella, pasaron a un segundo plano. Los últimos testimonios que se tienen de hermanos judíos de los primeros siglos son el de Jerónimo, en el s. IV que describe a los que el llama "nazarenos", como judíos que aceptan al Mesías de tal manera que no cesan de observar la Ley, y el de Epifanio que cuenta que estos nazarenos son diferentes a los judíos en cuanto a la creencia en que Jesús es el Mesías, pero diferentes también a los cristianos pues siguen la Ley en lo demás, utilizando finamente el hebreo, en el que tienen además escrito el evangelio de Mateo.


     Por otro lado, en las congregaciones se empezaron a sustituir los obispos en plural, por uno solo que fue tomando poder, cambiando y jerarquizando la sencilla organización de la iglesia primitiva. Y, ya desde mediados del siglo II, el obispo de Roma, por estar en la capital del imperio intentaba imponer su criterio, sobre los otros tres centros importantes del cristianismo entonces; Alejandría, Antioquía y Jerusalén cuyo nombre el emperador Adriano cambió por Aelio Capitolina, pasando a ser griegos los obispos de allí, pues los judíos tenían prohibida la entrada a la ciudad.

continúa...

miércoles, 7 de noviembre de 2012

De Jerusalén a Roma (parte I)

     A veces, en nuestra mentalidad gentil, con nuestra cultura de herencia griega y romana, nos cuesta trabajo entender que tanto nuestro Salvador Yeshúa, como los apóstoles y los primeros discípulos eran profundamente judíos.

     Éstos no pretendían formar una nueva religión, sabían perfectamente que por las obras de la Ley ninguno podría obtener la salvación, pues ésta es por gracia, por la fe en Jesús, sin embargo, ellos continuaron de forma natural en las costumbres de su pueblo, pues se sentían judíos completos, ya que habían creído en el Mesías que Israel tanto tiempo había esperado (https://www.youtube.com/watch?v=SqKIfbSVDnA). Esto lo podemos observar en Hechos cap. 28:17-20, cuando Pablo, el gran defensor de la gracia y la justificación por la fe en Jesús, llega a Roma y permanece en una especie de arresto domiciliario, cita a los responsables judíos allí residentes y les dice lo siguiente:

"...Hermanos, sin haber hecho yo nada contra nuestro pueblo NI CONTRA LAS TRADICIONES DE NUESTROS PADRES, desde Jerusalén fui entregado preso en manos de los romanos...Por tanto, por esta razón he pedido veros y hablaros, porque por causa DE LA ESPERANZA DE ISRAEL llevo esta cadena."

      Esto lo podemos observar también en Hechos cap. 21, cuando Pablo visita a los ancianos en Jerusalén, éstos le dicen lo siguiente:

"..Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los judíos que han creído, y TODOS SON CELOSOS DE LA LEY, y se les ha contado acerca de ti que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones...Por tanto haz esto que te decimos... y todos sabrán que no hay nada cierto en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives ordenadamente, ACATANDO LA LEY."

     Por lo tanto, los primeros discípulos continuaban guardando las Fiestas Sagradas (vemos cómo estaban reunidos en shavuot -pentecostés- cuando recibieron el Espíritu Santo, asi mismo en el cap. 20 de Hechos, Lucas narra como embarcaron en Filipos "después de los días de los panes sin levadura" y cómo Pablo deseaba estar para pentecostés en Jerusalén).

                                     
     Igualmente, se reunían en el templo (Hechos 2:46), guardaban el día de reposo, el sábado (siempre ha sido el sábado, en ninguna parte de las Escrituras encontramos que ahora sea el domingo, de esto hablaremos más adelante), asistiendo a las sinagogas donde predicaban el evangelio utilizando las Escrituras hebreas (Hechos cap 17:2), y también se reunían el primer día de la semana para "partir el pan", en una cena de convivencia.

     Hay que hacer notar aquí, que en el calendario bíblico, el día comienza al atardecer, por eso el primer día de la semana comienza sobre las seis de la tarde de nuestro sábado. Esto también es importante a la hora de acercarnos a las Escrituras, pues, por ejemplo: En Hechos 20 vemos que se reunieron el primer día de la semana, y que el joven Eutico se quedó dormido y cayendo murió, escuchando la larga disertación de Pablo. Seguidamente, el Señor a través de Pablo resucitó al muchacho y dice el texto "y volviendo arriba, después de partir el pan y de comer..". Si no conocemos que el día comienza al atardecer, cuando leemos esto de "partir el pan" se nos viene a la mente nuestra celebración del domingo por la mañana. Cuando aquí se habla de una cena. Seguramente quedarían sobre las siete o las ocho de la tarde del sábado, Pablo empezó a hablar antes de cenar y se les hizo tarde, sucediendo lo que hemos contado.

Y, en cuanto al sábado, mirar este enlace, aunque en algunas cosas no estoy de acuerdo, que ya comentaremos, tiene razón en otras, y nos da que pensar...
http://www.youtube.com/watch?v=tz8UD-dizrM&feature=related

     Pero volviendo al tema de la Ley, si Pablo seguía las costumbres de su pueblo ¿por qué condenaba a los judaizantes?

     En mi opinión, los primeros discípulos participaban de estos ritos con gozo, porque muchas de estas tradiciones y costumbres habían sido a lo largo de los siglos un anticipo, un ensayo de lo que se había de cumplir en Yeshúa (como el sacrificio del cordero pascual, por ejemplo). Y, además, estaban orgullosos de pertenecer al pueblo elegido y se instruían diariamente de las Escrituras (entonces no estaba redactado el Nuevo Testamento).

     El problema surgió cuando el evangelio se propagó rápidamente entre los gentiles, entonces, muchos de los fariseos que habían creído, empezaron a decir que si los gentiles no se circuncidaban ni guardaban la ley de Moisés, no podían ser salvos (Hechos 15:5).

     Los apóstoles y los ancianos se reunieron para considerar este asunto, en lo que se conoce como el concilio de Jerusalén, y allí Pedro hizo la siguiente declaración (Hechos 15:10-11):

"Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosostros hemos podido llevar?
Creemos más bien que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos también lo son."

...continúa en parte II

viernes, 2 de noviembre de 2012

Bienvenidos a los Tiempos de Restauración




Hechos 3:19-21

      "Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor, y Él envíe a Jesús, el Cristo designado de antemano para vosotros, a quien el cielo debe recibir hasta el día de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual Dios habló por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos."


      Me encanta la fuerza y autoridad que el Señor le dio a Pedro al proclamar el evangelio, tal es así, que miles se arrepintieron de sus pecados y creyeron que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías y Redentor. Lo anterior es lo más importante, pero a continuación Pedro habla de "la restauración de todas las cosas".

     ¿Cúales eran esas cosas que debían ser restauradas y de la que hablaron los profetas desde antiguo?

     En mi opinión, una de las más importantes, es la restauración del estado de Israel en su tierra después de 2000 años de dispersión. Me asombra y entristece, el desconocimiento general de este hecho en muchos hermanos en la fe. Creo que la doctrina del reemplazo de Israel por la iglesia ha causado mucho daño en este sentido. Hace pocos días pude leer una noticia en un sitio cristiano en internet que se hacía eco de que el gobierno israelí había fletado unos aviones hacia Etiopía, donde muchos judíos allí residentes desde hace más de veinte siglos, querían hacer "aliá", regresar a Israel.

     El hermano que escribió el artículo expresaba que según "la tradición" judía, los israelitas debían regresar a su tierra, antes de que viniera el Mesías que ellos esperaban. Además, debajo de la nota, en los comentarios enviados por los internautas, muchos decían que no debíamos preocuparnos por estos "asuntos" de los judíos, que ahora el pueblo de Dios es la iglesia.


                                      

     Estos pensamientos nos alejan de disfrutar del tiempo profético que vivimos, pues los profetas escribieron desde hace miles de años que esta restauración sucedería:

    Isaías 11:11-12

     "Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, ETIOPÍA, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Y levantará pendón a las naciones, y juntará a los esparcido de Judá de los cuatro confines de la tierra."

     Ezequiel 37, con su visión sobre el valle de los huesos secos, hace mención claramente a este asunto, y muchísimos textos más versan sobre el tema.

   Además de lo anterior nuestro Señor Yeshúa, también profetizó lo que iba a ocurrir. Cuando los discípulos le mostraron la belleza del Templo engrandecido por Herodes, Jesús dijo que no quedaría piedra sobre piedra que no hubiera de ser derribada, lo que ocurrió en el año 70 de nuestra era cuando los romanos arrasaron la ciudad en la primera rebelión de los judíos contra el imperio.

     Igualmente en Lucas cap. 21:24, nuestro Maestro anunció: "Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan."

    Y efectivamente así sucedió. Tras la segunda rebelión judía contra el imperio romano, los judíos que sobrevivieron, fueron esparcidos por los cuatro puntos cardinales del mundo conocido entonces. 

     Sin embargo, tal como anunciaron las Escrituras, tras la segunda guerra mundial y el holocausto nazi -el mayor intento del adversario de destruir al pueblo que tanto odia, hasta el momento-, en 1948 se constituyó, se RESTAURÓ de nuevo el Estado de Israel. Y en 1967 en la Guerra de los Seis Días -su duración fue profética, pues en seis días Israel derrotó a tres ejércitos y al séptimo celebró, ¿no os suena parecido a lo que pasó en Jericó hace miles de años?- Jerusalén paso a manos judías, dando comienzo, en mi opinión, al inicio del cumplimiento del tiempo de los gentiles.

     Muchos cristianos han deseado ver lo que nosotros contemplamos en nuestros días, y lo esperaban con fe. Sin embargo, en muchas iglesias no se le presta demasiada atención.


                                     

     En 1967, ocurrió también algo importante, al mismo tiempo que Jerusalén era reunificada, los judíos mesiánicos comenzaron a crecer en número, nuevamente, como hace dos mil años, judíos hablaban de Yeshúa a otros judíos. Y, además, con ellos se comenzaron a recuperar enseñanzas que se habían perdido hace mucho, cuando muchas de las raíces hebreas de nuestra fe, fueron contaminadas o sustituidas por costumbres griegas o paganas. Enseñanzas que con la ayuda del Creador iré compartiendo con vosotros. Bendiciones. Si quieres saber más, puedes dirigirte a este enlace https://www.youtube.com/watch?v=SqKIfbSVDnA