miércoles, 6 de noviembre de 2013

UN CIUDADANO DEL REINO





 "...MÁS BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA Y TODAS ESTAS COSAS OS SERÁN AÑADIDAS." (YESHÚA, EL MESÍAS).


     Durante varios milenios, se han sucedido sobre la tierra, los reinos y gobiernos de los hombres. En este tiempo los ha habido mejores y peores, pero, en general, hay que decir que estos han sido nefastos para sus súbditos. Matanzas, torturas, robos, perversión del derecho y la justicia, han sido la seña de identidad de muchos de ellos. Aún en los países civilizados democráticos, aunque se vive muchísimo mejor que en el resto del mundo, la corrupción anda a sus anchas en los gobiernos y los derechos de los humildes son pisoteados a favor de los ricos.

                        
   

      Pero, dice la Biblia que hay un Reino en el que el bien y la justicia moran eternamente, los súbditos de este reino habitan en completa paz, sus lágrimas han sido enjugadas y convertidas en gozo, tienen sanidad, tanto física como espiritual, y son tratados con dignidad y justicia. Su Rey es perfecto, puro, todopoderoso, implacable contra toda injusticia e inmoralidad, su misericordia y amor son insondables y su gloria brilla muchísimo más que el mismo sol. YHVH es su nombre y ante Él toda rodilla se doblará algún día.


      Hubo un hombre, llamado Juan, al que se le permitió mirar como por una ventana al interior de este reino celestial y lo que vio lo dejó escrito en Apocalipsis, cuyos capítulos 4 y 5, describen de una manera impresionante el trono del Rey, la adoración celestial, y la majestad del Cordero, su Hijo Yeshúa.

     Jesús fue quien dio a probar una muestra de ese reino celestial, "arrepentíos porque el reino de Dios se ha acercado", comenzó a predicar tras su bautismo. Los ciegos veían, los cojos andaban, los sordos oían, los perturbados eran liberados y a los pobres les era predicado el evangelio. Fue mediante su sacrificio en la cruz y posterior resurrección que podemos acercarnos al reino de Dios, puesto que ninguno de nosotros somos dignos ni siquiera de mirarlo.


             
                        

     "Nuestra ciudadanía está en los cielos", proclamó Pablo en Filipenses, dando entender que este reino es espiritual, que se encuentra por siempre y hasta la eternidad, en los lugares celestiales, y así es. Pero, nuestro Dios es un Dios de pactos, y uno de estos, afirma que este reino también será establecido en la tierra. En el primer versículo de Mateo se hace referencia de forma implícita a dos de estos pactos:

"1:1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham". A Abraham, el Eterno le prometió que en su simiente serían benditas todas las naciones de la tierra (Génesis 22:18), haciendo referencia a la obra redentora del Mesías,  y a David le dijo que uno de sus descendientes reinaría para siempre sobre la tierra en un reino que no sería jamás destruido (2ªSamuel 7:12-29).

     También al profeta Daniel le fue revelada la naturaleza de este reino y a quién le sería entregado:

    "En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre." (Daniel 2:44)

     "Seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante El. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido."(Daniel 7:13-14).

     Igualmente, Miqueas dijo:

     "Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad."




     Así pues, el reino de Dios no es sólo espiritual, sino que será establecido en esta tierra y dado a Yeshúa, el Hijo del Hombre, para que reine sobre él. Desde poco después de David, los judíos esperaban el establecimiento de este reino prometido, por eso, cuando el Señor empezó a decir que el reino de los cielos se había acercado, los que lo oían sabían perfectamente a que se refería, pues esperaban fervientemente este reino del Ungido de Dios en la tierra, más aún cuando estaban bajo el yugo romano.

     En el Tanaj, los profetas describieron las características de este futuro reino del Mesías:

-Su capital será Jerusalén, y desde allí, el Señor impartirá su Ley, instrucción, consejo y enseñanza:
    
     "Así dice YHVH: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de YHVH de los ejércitos, Monte de Santidad." (Zacarías 8:3).

     "Vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob; para que nos enseñe acerca de sus caminos y andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la Ley y de Jerusalén la palabra del Señor." (Isaías 2:3).

-Su Rey, descendiente de David según la carne, impartirá justicia con integridad:

     "He aquí vienen días -declara el Señor- en que levantaré a David un Renuevo justo; y El reinará como rey, actuará sabiamente, y practicará el derecho y la justicia en la tierra." (Jeremías 23:5).

     "Se deleitará en el temor del Señor, y no juzgará por lo que vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará al pobre con justicia y fallará con equidad por los afligidos de la tierra; herirá la tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. La justicia será ceñidor de sus lomos y la fidelidad ceñidor de su cintura." (Isaías 11:3-5).

-Este reino justo, juzgará a las naciones y entre ellas no habrá lugar para la guerra:

     "Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra."(Isaías 2:4)

-En este reino, aún el mundo animal será transformado y convivirán juntos depredadores y presas sin hacerse ningún daño:


     "El lobo morará con el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito; el becerro, el leoncillo y el animal doméstico andarán juntos y un niño los conducirá." (Isaías 11:6)

-En el reino del Mesías morará la sanidad, tanto en los súbditos como en la misma tierra, puesto que aún el desierto florecerá:

     "Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. El cojo entonces saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque aguas brotarán en el desierto y arroyos en el Arabá. La tierra abrasada se convertirá en laguna y el sequedal en manantiales de aguas..." (Isaías 35:5-7)

-Cuando el reino sea establecido, de todas las naciones acudirán a Jerusalén para celebrar la fiesta de los tabernáculos:
                            

     "Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a YHVH de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos." (Cada vez más cristianos gentiles se animan a celebrar esta fiesta).


-Será restablecido parte del sistema ritual de sacrificios en el templo, que debe ser construido conforme a la descripción que de él hizo Ezequiel en los capítulos 40 al 48, -en mi opinión estos holocaustos serán en forma de memorial y recordatorio de la obra y sacrificio del Mesías, al igual que vemos en el libro de los Hechos, como los creyentes judeo-cristianos seguían participando de los rituales del templo, dándoles el verdadero significado en Yeshúa-, donde se celebrará la pascua, y la fiesta de los tabernáculos, así como los días de reposo (el sabat, siempre fue y será el sabat). Los levitas, del linaje de Sadoc, volverán a ministrar en el templo milenial.



     ¿Quién podrá habitar en este reino tan maravilloso?, el rey David, inspirado por el Aliento del Altísimo, dijo en el Salmo 15:

     "YHVH, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?
     El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino.
     Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a YHVH.
     El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho.
     El que hace estas cosas, no resbalará jamás."

     Y nuestro Maestro, el Rey, nos dio pistas sobre los habitantes de este reino en el sermón del monte:

     "Bienaventurados los pobres en espíritu, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS.
      Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
      Bienaventurados los mansos, PORQUE ELLOS RECIBIRÁN LA TIERRA POR HEREDAD.
      Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
      Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
      Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
    Bienaventurados los que sufren persecución por causa de la justicia, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS..."

     De estos dos textos, podemos obtener una guía para comportarnos como ciudadanos del Reino. "Los pobres en espíritu", los que reconocen humildemente que no son dignos de entrar por sí mismos en este reino, los que se aferran a la gracia y misericordia de Dios y no se fían de sus propios logros. Así, al menos, interpreto yo esta frase.

     Los que estudiamos escatología, somos conscientes de que la venida del Señor está cerca, en  mi opinión, una vez restaurado el estado de Israel, estamos en el tiempo de "principio de dolores" del que el Mesías habló en Mateo 24 y textos paralelos. Terremotos, hambres, inundaciones, guerras, revueltas, persecución de los cristianos, falsos profetas... definen este tiempo. De lo que no somos tan conscientes, al menos yo no lo era, es de que podemos ser testigos en primera persona de este establecimiento del reino físico del Mesías y, de que, de un momento a otro, podemos llegar a formar parte de él.

      Aunque, antes de esto, el Señor habla de un tiempo de tribulación como nunca antes ha habido en la tierra. Es un tema bastante amplio, que analizaremos, Dios mediante, en otra entrada. Pero sí cabe decir, que este reino del Mesías constará de dos periodos (Apocalipsis 20):



-Primeramente, el Mesías gobernará desde la Jerusalén física, por un periodo de mil años, conocido como "el milenio", en donde se cambiarán las tornas y la justicia reinará en su plenitud, tal y como hemos explicado arriba.

     Mientras dure este tiempo, el diablo será encerrado, para que deje de engañar a las naciones. Los creyentes que hayan sobrevivido a la gran tribulación, habiendo sido transformados, serán parte de este reino junto con los hermanos que hayan sido muertos durante ese periodo de terrible prueba, que resucitarán, en lo que la Biblia llama la primera resurrección.

-Pasados los mil años, el diablo será liberado, engañando nuevamente a las naciones, que harán guerra contra el campamento de los santos. Pero el Cordero las vencerá, arrojando a Satanás al lago de fuego. A continuación serán creados nueva tierra y nuevos cielos, descendiendo la Jerusalén celestial, desde donde el Eterno y su Mesías reinarán por los siglos de los siglos, y en donde nos encontraremos todos los que estemos inscritos en el libro de la vida, gracias a la sangre del Cordero.


     Mientras tanto, me gustaría adquirir las cualidades de un verdadero súbdito de este reino,  para que la luz del Rey brille a través de mí. También recomiendo este vídeo que habla sobre la fiesta bíblica que durante siglos ha anunciado su futuro regreso https://www.youtube.com/watch?v=HOiQSQaxjDE

sábado, 21 de septiembre de 2013

El judaísmo de Pablo



     Una cosa que he observado al estudiar las raíces hebreas de mi fe, es el prejuicio de muchos hermanos, al escuchar de diferentes asuntos relacionados con el judaísmo. ¡¡Cuidado con no judaizarse!! me dicen, a lo que yo les respondo: Efectivamente, hay preceptos que sólo les incumben a ellos, pero ¿no es también peligroso mantener costumbres heredadas del paganismo, en nuestras iglesias?

     Estos prejuicios impiden acercarse a los textos desde una perspectiva hebrea, lo que en algunos casos dificulta nuestra comprensión. Esto es muy evidente, por ejemplo, cuando Pablo habla acerca de la "La Ley". Hay veces que se refiere a la ley oral, por ejemplo en 1 Corintios 14:34 el apóstol dice que la mujer no hable en la congregación... "como también la ley lo dice". No hay ningún mandato en la Torah que prohíba a la mujer hablar en la congregación, es una referencia a la torah oral. Otras veces Pablo habla de la "Ley del pecado", otra de las ley civil y otras, efectivamente de "La Ley de Dios" a la que él procuraba servir en su mente (Romanos 7:25). Es al legalismo, al inútil esfuerzo de intentar ser justificado por las obras, y a las cargas impuestas e inventadas de la ley oral, a lo que Pablo al igual que su Maestro atacaba, no a la Ley santa y a los mandamientos buenos del Eterno. (Romanos 7:12)

      

     Y es que, según dicen nuestros hermanos mesiánicos, cualquier judío que se acerque sin prejuicios al Nuevo Testamento, entenderá que es precisamente, eso, un libro judío. Nuestro Señor, los apóstoles y los primeros cristianos fueron judíos.

    Yeshúa observó desde su niñez las leyes de su pueblo, llevaba los vestidos reglamentarios, asistía a los servicios de la sinagoga cada sábado y se refería a la Ley como la expresión de la voluntad de Dios, tanto para sí mismo como para los demás.

    En su época, el judaísmo había desarrollado tantas normas en aplicación de la Ley que hacían de ella una carga muy pesada, imposible de llevar para el pueblo. El vino para explicar el verdadero sentido de la Ley, para magnificarla y ampliarla como dijo el profeta Isaías 42:21 "El Señor se complació por amor de su justicia en magnificar la Ley y engrandecerla.". Así en el sermon del monte, desarrolló los mandamientos con ejemplos como este:-Oísteis que fue dicho: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón-. El explicó que el cumplir la Ley es más una actitud del corazón que una simple realización de ritos externos.

      Entendiendo esto, es que podemos comprender la aparente contradicción que vemos en Pablo, el gran defensor de la gracia, que condenaba firmemente que se quisiera obligar a los gentiles a circuncidarse y que sin embargo, participaba activamente en las fiestas (Hechos 20:16) y costumbres de su pueblo.

    ¿Por qué Pablo actuaba así? pues porque en el Nuevo Testamento encontramos dos "denominaciones", las únicas bíblicamente defendibles, según mi opinión. Los creyentes judíos, que participaban en los pactos establecidos para su pueblo en la Torah, y los creyentes gentiles que estaban exentos de ellos.

     Aún hoy día si un gentil se acerca a una sinagoga, el rabino le dirá que no necesita convertirse al judaísmo para acercarse al Creador, le dirá que basta con que siga las "siete leyes de Noé", que son unas normas básicas de comportamiento.

     En el siglo primero, estas leyes eran cuatro, las que los hermanos judíos del concilio de Jerusalén, impusieron a los hermanos gentiles, y que son básicamente, los preceptos que venían establecidos en la Torah, para los extranjeros que residían con el pueblo de Israel (Levítico 17-18).

     Es incierto que Pablo quisiera abolir la Torah, o que fuera en contra de las tradiciones y fiestas de su pueblo. Tal es así que hacía votos de nazareo, como vemos en Hechos 18:18:

     "Y Pablo, después de quedarse muchos días más, se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria, y con él iban Priscila y Aquila. Y en Cencrea se hizo cortar el cabello, porque tenía hecho un voto".

     El cortarse el pelo marcaba el final del voto de nazareo. Como viene recogido en Números cap. 6, el objetivo de este voto era dedicarse de una forma especial al Eterno. El nazareo se abstenía de vino y todo derivado de la vid, no pasaba navaja por su cabeza y tenía prohibido acercarse a persona muerta. Al final de su voto, tras cortarse el pelo, debía ofrecer una ofrenda al Creador, que viene regulada en los vers. 14 y 15 de dicho capítulo.


      Al igual que Pablo los primeros cristianos, que eran judíos, cumplían con sus obligaciones en el Templo, como se puede observar en el cap. 21 de Hechos vers. 18-26:

     "Y al día siguiente Pablo fue con nosotros a ver a Jacobo, y todos los ancianos estaban presentes. Y después de saludarlos, comenzó a referirles una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles mediante su ministerio.

    Y ellos cuando lo oyeron glorificaban a Dios y le dijeron: Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la ley;   y se les ha contado que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones.

     Entonces ¿qué es lo que se debe hacer? Porque sin duda la multitud se reunirá pues oirán que has venido. Por tanto, haz esto que te decimos: Tenemos cuatro hombres que han hecho un voto; tómalos y purifícate junto con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos sabrán que no hay nada cierto en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives ordenadamente, acatando la Ley. 

     Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito, habiendo decidido que deben abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación.Entonces Pablo tomó consigo a los hombres, y al día siguiente, purificándose junto con ellos, fue al Templo, notificando de la terminación de los días de purificación, hasta que el sacrificio se ofreciera por cada uno de ellos."
     
      Entonces, ¿cuál era la diferencia entre los judíos que creían en Yeshua y los que nó?, pues que mientras los primeros seguían los preceptos con gratitud, como una consecuencia de la fe y la justificación que habían recibido mediante el sacrificio perfecto de Cristo, los segundos pretendían justificarse ante el Eterno intentando cumplir toda la Ley, lo cual es imposible para cualquier ser humano. Por eso cuando Yeshua pronunció la famosa frase " el que esté libre de pecado tire la primera piedra", todos, empezando por los más mayores desistieron de apedrear a la mujer, acusados por su conciencia.

     Pablo estimaba profundamente a su pueblo, como vemos en estos versículos de Romanos 3:1,2 y 31

      "¿Cuál es entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión? Grande, en todo sentido. En primer lugar a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios...¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley." 

     Jesús no vino a anular la Torah, Él vino a cumplir lo que en ella y en los profetas se decía acerca de Él y a desarrollar el Nuevo Pacto del que habló el profeta Jeremías. Los mandamientos de Dios inundan todo el Nuevo Testamento, pues como dice Apocalipsis 14:12 "Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús".

     Efectivamente, hay grupos que sin ser judíos mandan a sus hijos a circuncidarse, consideran una obligación aprender hebreo, guardan las costumbres judías e incluso se visten como ellos. Estas personas no han entendido lo que hemos comentado en los párrafos de arriba, que hay pactos que únicamente les atañen a ellos. Pero, si tenemos de antemano un prejuicio de todo lo que suene a hebreo, nos perderemos muchísimos y preciosos conocimientos, como los que se desprenden del estudio de las Fiestas, ausente en nuestras iglesias.


     Por otro lado, ¿por qué juzgamos a un hermano que quiera celebrar, por ejemplo, la fiesta de los tabernáculos, que además es la fecha en la que nació el Mesías y nos parece bien, en cambio, celebrar la navidad el 25 de diciembre, día en el que se adoraba a las falsas deidades en la antigüedad? que el Señor nos de la sabiduría y el equilibrio necesarios, para juzgar correctamente todos estos asuntos.

sábado, 24 de agosto de 2013

La Señal del Profeta Jonás.




        Entiendo que es complicado; toda tu vida escuchando y enseñando algo y, al cabo de los años, te das cuentas de que has estado errado, porque has heredado inexactitudes y falsas tradiciones que han pasado de generación en generación. En esta entrada, vamos a analizar los hechos ocurridos durante la semana más decisiva que ha vivido esta tierra, la semana en la que el Mesías venció a la muerte y el pecado, con su sacrificio en la cruz. Y de este estudio vamos a deducir que estábamos equivocados; que Yeshúa hizo su entrada triunfal un sábado, no "el domingo de ramos",  que no murió un viernes como siempre se nos ha enseñado, y la resurrección, ocurrió algunas horas antes de lo que pensábamos. Antes de que te escandalices, ruego que leas el argumento que desarrollo a continuación.

     Para llevar a cabo un mejor entendimiento de la semana santa, es preciso conocer, por un lado, la fiesta de Pesaj o Pascua, pues veremos como el Mesías la cumplió al pie de la letra, y por otro, lo que afirmó Yeshúa en Mateo 12:39-4, cuando los escribas y fariseos le demandaban señal.
                                            


     "Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal, y ninguna señal se le dará, sino la señal de Jonás el profeta; porque como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
      Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí."


     -También, es preciso explicar que en el calendario bíblico el día comienza al atardecer (sobre las 6 de la tarde) y no a las doce de la noche, como ocurre en el nuestro. Esto lo vemos ya desde el principio, como dice el texto en el relato de la creación "...y fue la TARDE y la MAÑANA, un día" (Génesis 1:5).-

     Tres días y tres noches, es algo que estoy seguro ha venido alguna vez a vuestra mente "del viernes al domingo no van tres días y tres noches", la explicación que hemos heredado dice que basta una pequeña parte del día para considerarlo completo, pero aún así no cuadra...la tarde del viernes, el sábado completo, la mañana del domingo... ¡¡me salen dos noches y dos días!! y sabemos que el Señor no miente. Lo más fácil e inteligente, en cambio, es aceptar la palabra del Señor tal cual, si dijo que estaría ese tiempo en el sepulcro es que lo estaría. Entonces, ¿de dónde viene el error?, pues del desconocimiento de las fiestas judías y en especial, en este caso, de la fiesta de la Pascua y los panes sin levadura, paso a explicaros algo de ella:
                                       

      
     La Fiesta que cambió el rumbo de la humanidad. Pascua, en hebreo Pesaj, significa “salto” y los israelitas celebran como el ángel destructor saltó, allá en Egipto, pasó de largo de sus casas untadas con la sangre del cordero, haciendo gran estrago entre los primogénitos de los egipcios. Dice el evangelio, que cuando Juan el bautista vio a Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29) e Isaías 700 años antes dijo acerca de Él “..como cordero fue llevado al matadero” Is 53:7. Y ahora vamos a estudiar como nuestro Señor se identificó plenamente  con el cordero pascual, cuya sangre untada en los dinteles de las puertas libró a los israelitas del ángel destructor que eliminó a todos los primogénitos de los egipcios. Es muy interesante que el Señor siguió paso por paso, todo lo concerniente al cordero que era sacrificado en esta Fiesta.
      Para ver esto vamos a ir leyendo Éxodo cap. 12 que fue cuando se instituyó la pascua y lo iremos comparando con los relatos de los evangelios y con lo que los sacerdotes hacían en cada momento.

     Dicen los vers. 2 y 3 “Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros. Habla a toda la congregación de Israel, diciendo: “El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa.”

      El vers 5 dice que tendría que ser un macho sin defecto. Y el vers 6 dice “Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer.”

      Pues bien, el día 10 de nisan todas las familias elegían el cordero que iban a sacrificar en la pascua, igualmente, durante mil años antes de Cristo, el sumo sacerdote salía del templo e iba en busca del cordero pascual, cada año. 
     Los levitas le hacían un pasillo y cuando lo veían venir gritaban “Hosanna en las alturas” “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Pero ese año el Señor se le adelantó entrando en un pollino cumpliendo la profecía de Zacarías, y los discípulos se adelantaron a decir “Hosanna en las alturas…

      Como dice el vers. 6 que hemos leído, los padres de familia y el sumo sacerdote tenían cuatro días para comprobar que el cordero era sin mancha. A los cuatro días el sacerdote proclamaba “no encuentro falta en él”. 

     Pues lo mismo pasó con Jesús, en esos cuatro días fue duramente interrogado y probado en el templo, y es curioso como cuando le entregaron a Pilatos, este dijo tras hablar con él, profetizando sin saberlo “no encuentro delito en Él” (Juan 18:38). 

     Era el catorce de nisan, en ese momento normalmente el sumo sacerdote declaraba libre de falta al cordero, y cuando se sacrificaban muchos corderos en el templo, a la hora tercera (las nueve de la mañana), Jesús fue crucificado. Ese día hubo tinieblas desde las 12 a las 3 de la tarde, hora en que el cordero pascual era sacrificado por el sumo sacerdote, quien decía la frase “consumado es”. Exactamente a la misma hora nuestro Bendito Salvador pronunció la misma frase “consumado es”. La tierra tembló, el velo del templo se rompió y el pecado fue vencido en la cruz. 
  
     El día catorce era el día de la preparación de la fiesta de los panes sin levadura, los judíos limpiaban hasta el último reducto de pan de sus casas, y celebraban la pascua el día 15 comiendo el cordero con pan sin levadura y hierbas amargas.
     Jesús hizo su entrada triunfal un sábado 10 de Nisán, murió un miércoles, día 14, a las tres de la tarde, algunas horas más tarde fue sepultado apresuradamente, antes o al comienzo del día 15, jueves, un día de reposo especial, que daba inicio a la fiesta de los panes sin levadura. Por lo tanto, en la semana que nos ocupa hubo dos shabat, el semanal y éste especial, de gran solemnidad de la fiesta, como dice Juan 19:31 

      "Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (PORQUE ESE DÍA DE REPOSO ERA MUY SOLEMNE), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran."
      El día dieciséis, viernes, las mujeres compraron y prepararon las especias para ungir el cuerpo del Señor (Marcos 16:1), pero tuvieron que descansar, conforme al mandamiento, el sábado semanal, día diecisiete (Lucas 23:56).

     El domingo (el primer día de la semana) siguiente a la celebración de la pascua, se celebraba la primera fiesta de los primeros frutos. Se cree que los sacerdotes llegaban al templo sobre las tres de la mañana para hacer los preparativos, y a las nueve, El sumo sacerdote cogía las primeras gavillas de cebada y las mecía delante del Creador, agradeciéndole y pidiéndole por el resto de la cosecha. No sabemos a qué hora exacta el Mesías resucitó, algunos dicen que fue 72 horas justas después de haber sido sepultado, y que como lo metieron en la tumba antes de que comenzase el día de reposo jueves, tuvo que resucitar el sábado, poco antes de comenzar el primer día de la semana (os recuerdo, el domingo en el calendario bíblico empieza al atardecer del sábado).
     Para otros, El resucitó el domingo, probablemente en una hora aproximada a aquella en que los sacerdotes acudían al templo (sobre las tres de la madrugada), y espería hasta las nueve para presentarse ante su Padre, del mismo modo que fue cumpliendo toda la Pascua a su hora señalada (yo me inclino por esta opción). Es por eso que cuando, muy de mañana, María Magdalena vio al Señor, este le dijo que no le tocara, para no contaminarse, pues aún no se había presentado ante su Padre, mostrándose como las primicias.

     Y así entendemos mejor a lo que se refería el apostol Pablo en primera de colosences 15:23, hablando de la resurrección de los muertos: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo en su venida”.

     Y es que la realidad de los hechos es mucho más impactante que la enseñanza que hemos recibido, pues es impresionante la exactitud con la que se cumplieron todos estos acontecimientos, cada uno en su día y hora señalados.

     Pero aún hay más, no sólo la señal del gran pez que se tragó a Jonás nos habla del Salvador en ese libro. La oración que el profeta hace en el cap. 2, es también una representación de lo que sintió el Señor en la cruz (los paréntesis son míos):

                                  

     "Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; 
Desde el seno del Seol clamé, 
Y mi voz oíste. 
2:3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, 
Y me rodeó la corriente; 
Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. 
2:4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; (ELI,ELI LAMA SABACTANI)
Mas aún veré tu santo templo. 
2:5 Las aguas me rodearon hasta el alma, 
Rodeóme el abismo; 
El alga se enredó a mi cabeza. (LA CORONA DE ESPINAS)
2:6 Descendí a los cimientos de los montes; 
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; 
Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. 
2:7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, 
Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo."


     Además de esto, cuando Jonás regresó a Nínive, el texto cuenta que era una gran ciudad que tenía tres días de camino, y el profeta, camino de un día, comenzó a decir: "De aquí a cuarenta días Nínive será destruida." Los ninivitas se arrepintieron y el Creador no destruyó la ciudad. Si comparamos esto con el ministerio de Yeshúa, cambiando los días por años, vemos que su predicación duró tres años aproximadamente y que al no arrepentirse los judíos, ni reconocer su venida, Jerusalén fue destruida por los romanos cuarenta años después (en el año 70 el general Tito destruyó la ciudad y el templo).

     Y una última "coincidencia", la primera pascua allá en el desierto también cayó en miércoles, ¿cómo podemos saberlo? Pues dice la Escritura (Éxodo cap.16) que a los 15 días del segundo mes después de que los israelitas salieran de Egipto, estos se quejaron y murmuraron por falta de alimento, y el Señor les concedió el maná, a partir de la mañana siguiente, diciéndoles que al sexto día cogieran el doble para guardar el día de reposo. Por lo tanto, el día que se quejaron era sábado. Así, si retrocedemos un mes, día a día, vemos como fue un miércoles que los judíos sacrificaron los corderos, untando la sangre en los dinteles de las puertas.

    Si no eres creyente, reflexiona, no hay nadie que ni aún queriendo engañar, pueda manejar a su antojo el tiempo y el espacio, para hacer coincidir todos estos eventos (y muchos más) en la figura de Jesús. El murió en esa Pascua de las Pascuas, por nuestros pecados, conforme a las Escrituras. Y dicen éstas que si confiesas con tu boca que Yeshúa es el Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos, serás salvo. Sé como los ninivitas a los que Jonás predicó, arrepiéntete de tu mal camino y sigue al Maestro.

    Si eres creyente y tienes responsabilidad de enseñanza, te animo a que seas como los de Berea, investigando este asunto para enseñar más correctamente la verdad de estos hechos. Para más información mira este vídeo; https://www.youtube.com/watch?v=V2ZkfDe2MpA&t=4s

martes, 13 de agosto de 2013

La Menorah


     Junto con la estrella de David, es uno de los mayores símbolos del judaísmo, tal es así que, incluso, figura en el escudo de Israel y en algunas monedas israelíes.


   Es un objeto elegante, su forma simétrica a manera de árbol, adorna eficientemente una de las estanterías de mi casa. Pero no es un objeto cualquiera, hoy vamos a ver qué podemos aprender de él y a qué o a quién representa.
     Vamos a empezar por el principio, el Señor ordenó a Moisés que construyera un tabernáculo, un santuario, cuando los hijos de Israel salieron de Egipto. Moisés debía atenerse a un modelo que se le mostró, es como si se le hubiera abierto una puerta o una ventana al cielo, y tuviera que copiar lo que allí vio.



     Éxodo 25:8-9 "Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite entre ellos. Conforme a todo lo que te voy a mostrar, conforme al diseño del tabernáculo y al diseño de todo su mobiliario, así haréis."
    Ese mobiliario incluía, en el interior de la tienda, al Arca del testimonio, la Mesa del pan de la presencia y un Candelabro, el que nos ocupa, la Menorah, que alumbraba día y noche el recinto sagrado.
     Fue construido por un hábil artesano, llamado Bezaleel, cuyo nombre significa "a la sombra de Dios", el cual fue llamado por su nombre por parte del Creador, como dice Éxodo 31:2-3 "Mira, he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte."
      De aquí sacamos la primera aplicación, Bezaleel era un artesano esclavo, allí en Egipto, seguramente sería muy buen trabajador, pero cuando el Señor lo llamó, sus habilidades fueron aumentadas por la unción del Espíritu. Lo mismo puede pasar con nosotros, si una vez que somos liberados del Egipto del pecado, ponemos nuestros dones en manos y al servicio del Creador.

   En Éxodo 37:17-24 viene la descripción de la menorah, y cómo se hizo, extraemos los siguientes versículos: "Hizo además el candelabro de oro puro. Hizo el candelabro labrado a martillo, su base y su caña; sus copas, sus cálices y sus flores eran de una pieza con él. Y salían seis brazos de sus lados, tres brazos del candelabro de uno de sus lados y tres brazos del candelabro del otro lado...", pesaba unos 37 kilos de oro puro y tenía una altura entre 1,50 y 1,60 cm aprox. El aceite para su encendido, debía ser puro de oliva, consagrado especialmente para tal fin.

     En cuanto a la historia de la Menorah, cuatrocientos años después de que fuera construida, Salomón la introdujo en el templo de Jerusalén, sobre el año 1000 antes de Cristo, y otros cuatro siglos después, se le pierde las pista tras la destrucción de Jerusalén y el templo por Nabucodonosor. Según el talmud, se encuentra oculto, junto al Arca, en algún lugar, en las entrañas del Monte del Templo, y será revelado cuando el tercer Templo sea construido.

    Tras el exilio babilónico, se hizo una réplica en tiempos de Esdras, y unos dos siglos antes de Cristo, bajo la dominación griega, se produjo un milagro en relación con ella, según la tradición judía, que dio lugar a lo que hoy se conoce como Jánuca o la fiesta de las luces. La historia es la siguiente:

    Gobernaba entonces en Judea, Antioco IV, el cual intentó una asimilación de los judíos a la cultura helena, prohibió el estudio de la Torah, la circunsición, el guardar el sabat y profanó el templo con idolatria y sacrificios de cerdo, esto provocó una sublevación judía bajo las órdenes de Judas Macabeo que terminó imponiéndose y liberando Jerusalén y el Templo. Cuando entraron en el recinto sagrado, lo limpiaron, construyeron un nuevo altar y encendieron la Menorah, sin embargo tan solo había aceite consagrado para el encendido de las velas, para un día. Pero, milagrosamente, el fuego permaneció encendido ocho días hasta que se obtuvo, de nuevo, aceite apto.

     Desde entonces, en el mes hebreo de Kislev (noviembre-diciembre) se celebra la fiesta de las luces, en la que los judíos adornan sus casas con candelabros de ocho brazos, nueve si contamos la caña, en recuerdo de este hecho. Fue durante la celebración de esta fiesta, cuando miles de lámparas alumbraban las casas de Jerusalén, que el Maestro dijo "Yo soy la luz del mundo".

     Posteriormente, en el año 70 de nuestra era, los romanos se llevaron la Menorah del templo embellecido por Herodes, tras la destrucción de éste, como queda reflejado en el Arco de Tito, en Roma.

   



     Tras permanecer en Roma varios siglos, se estima que permaneció en Roma hasta que los vándalos la saquearon en el 455 d. C. Los bizantinos, bajo las órdenes del general Belisario la recuperaron en el 533 d. C., llevándola a Constantinopla, donde se le perdió la pista hasta el día de hoy. Algunos piensan que se encuentra oculta en el Vaticano, otros dicen que fue devuelta a Jerusalén, pero realmente no se sabe qué pasó con ella. Por eso los judíos que están haciendo todos los preparativos para una futura construcción del Tercer Templo, han hecho una réplica fidedigna, que está expuesta, actualmente, cerca del Muro de las Lamentaciones.


    Según algunos, la Menorah representa a la zarza ardiendo que no se quemaba, otros opinan que representa a los siete días de la creación y otros al árbol de la vida. Yo creo, que según las Escrituras, la Menorah representa al Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo) que en hebreo se traduce por "viento" o "aliento", de Santidad. Esto lo vemos, claramente en dos sitios, uno en el Antiguo y otro en el Nuevo Testamento.
     El profeta Zacarías, en el cap. 4, ve una visión de la Menorah (leer vers 1 al 6, y después el 10), donde observamos como las siete lámparas se identifican con los siete ojos del Señor que recorren toda la tierra. De este texto se saca el escudo  israelí, pues dice el Señor, qué es por su Espíritu y no por otra fuerza o poder, que su obra es llevada a cabo, y los fundadores del nuevo Estado de Israel, reconocieron de alguna forma, lo sobrenatural de su vuelta a la tierra de sus antepasados.
     En Apocalipsis, Juan ve una visión del trono celestial en el cap. 4, donde admira al Padre sentado en el trono y delante de Él, dice el vers. 5 "Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios."
     Y aquí es donde podemos entender qué significan los siete brazos, para ello nos vamos a Isaías 11:1-2 "Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto. Y reposará sobre El el Espíritu de YHVH (la caña del candelabro), espíritu de sabiduría  (brazo 1) y de inteligencia (brazo 2), espíritu de consejo (brazo 3) y de poder (brazo 4), espíritu de conocimiento (brazo 5) y de temor del Señor (brazo 6)". Así pues, cada uno de los seis brazos, representan a una cualidad del Espíritu Divino. Estas cualidades fueron manifestadas en su máximo esplendor en Yeshúa y también pueden manifestarse en nosotros si nos sometemos a El.
     Y en este sentido la Menorah también representa al Mesías sobre quien reposó el Espíritu como hemos leído. Y como dice Apocalipsis 5:6 "Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra."


     Así pues, cuando veamos la Menorah, acordémonos de las cualidades del Espíritu Santo, y del Mesías Yeshúa, en quien éste fue derramado.





lunes, 15 de julio de 2013

El Amén.

    
 
  
      Se trata de una de las palabras más universales, "AMÉN". Se ha transliterado del hebreo al griego, y después al español, inglés, francés... en nuestras iglesias la usamos constantemente, y es por ello que sentí curiosidad por saber de dónde viene este vocablo y qué significa. Y como al estudiarlo me he sentido edificado, lo comparto para que también otros lo sean.

     Su raíz, la misma que la de la palabra "amán" tiene un significado relacionado con los conceptos, creer, fieles,verdadero.

     En las Escrituras no es una de las palabras que más se usen. En el Tanaj (lo que conocemos como el Antiguo Testamento, aunque en otra ocasión veremos que quizás no sea muy apropiado llamarlo "Antiguo" pues en él se describen acontecimientos totalmente actuales), aparece en momentos de gran solemnidad en los que el pueblo elegido se comprometía con el Creador o reconocía su grandeza, y lo alababa. Lo mismo puede decirse del Nuevo Testamento donde también es usada en declaraciones solemnes. Y es que, como veremos, no debe pronunciarse esta palabra alegremente, sin saber lo que se está diciendo.

     Cuando se usa al principio de la frase, se puede traducir por "en verdad", o "de cierto". Nuestro Señor la utilizó en este sentido en estos versículos:

     Mateo 5:18 "Porque de cierto (amén) os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido".

     Juan 3:3 "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto (amén, amén) te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios."
 
      Lucas 23:43 "De cierto (amén) te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso."

     Cuando se usa al final de la frase, puede traducirse por "así sea", aunque hay autores que enseñan que si es el Señor el que habla, se debe traducir "así es y será", yo estoy de acuerdo con esa apreciación.

     Ejemplos de "así sea":

     En momentos en que se anunciaba un castigo para una actitud concreta, como vemos en Deuteronomio cap. 27, de donde tomamos como ejemplo el vers. 15 "Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a YHVH, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén (así sea)". O cuando Nehemías reprendió a los usureros entre el pueblo (Neh. 5:13) "...Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: ¡Amén! (así sea) y alabaron a YHVH. Y el pueblo hizo conforme a esto."

     En momentos de regocijo, como cuando David trasladó el Arca a Jerusalén. 1ª Crónicas 16:36
"...Bendito sea YHVH Dios de Israel, de eternidad a eternidad. Y dijo todo el pueblo, Amén, y alabó a YHVH".

     En momentos de quebrantamiento de corazón y gratitud al Eterno, como cuando Esdras leyó el libro de la ley desde el amanecer hasta el mediodía, tras el exilio babilónico, en presencia de hombres, mujeres y de todo aquel que pudiese entender. (Neh. 8:6) "...Bendijo entonces Esdras a YHVH, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a YHVH inclinados a tierra".

    Ejemplos de "así es y será".

     Tras la gran comisión (Mateo 28:18-20): "...Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (así es y será)".
 
     Al final de la oración modelo (Mateo 6:13) "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén (así es y será)".
 
     Según se desprende de 1ª Corintios 14:16, los creyentes de la iglesia primitiva, tomaron el ejemplo de lo antes expuesto y rubricaban con el Amén, las oraciones y acciones de gracias que se recitaban en medio de la congregación, y así ha llegado hasta nosotros: "Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho."
 
     Pero, hay algo más, y algo importante. Aparte de que estos fueran los significados de la palabra en cuestión, en hebreo, "Amén" es también un acróstico, es decir cada letra es, además, la inicial de otra palabra, como pasa por ejemplo con la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
 
 



     El hebreo se lee de derecha a izquierda, la primera letra es Alef-A- y se traduce por El/Dios, la segunda es Mem-M- y es la inicial de Melek (Rey) y la tercera es Nun-N-, la inicial de Ne´eman (digno de confianza, confiable).

     Así pues cada vez que decimos, "Amén" estamos proclamando que El es el Rey Confiable.

     Sabiendo esto es que podemos entender mejor a lo que se refieren estos textos (los paréntesis son míos no figuran en las Escrituras):

     Apoc. 3:14 "...Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el AMÉN (El Rey Confiable), el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto".

     2ª Corintios 1:20 "...porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él AMÉN (puesto que es el Rey Confiable), por medio de nosotros, para la gloria de Dios".
 
    2ª Timoteo 2:13 "Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo." (Ya que Él es el Rey Fiel Digno de confianza).
 
     Como resúmen de todo lo anterior, podemos decir, que al pronunciar "Amén", es como si estuvieramos estampando nuestro nombre en una lista o un contrato, en el que nos comprometemos a hacer, apoyar o dar nuestra conformidad a lo allí expuesto. Y además, estamos dando gloria al Rey Confiable. Por lo tanto, creo que no es correcto el abuso que se da en ciertos medios evangélicos de esta palabra, no quiero decir que esto se haga a propósito, sino por desconocimiento. Pienso que debemos de pensarnos muy bien cuándo decimos el Amén, y no decirlo vanamente o sin fundamento, teniendo en mente lo que dijo nuestro Señor en Mateo 12:36 "Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio."
 
     Y para terminar creo que es apropiado reproducir los dos últimos versículos de las Escrituras, teniendo presente todo lo expuesto.
 
22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
22:21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. 
 
 
 
 
 


miércoles, 8 de mayo de 2013

Un Soldado Distinto

 
 
 
 
 
     Dejo a un lado, de momento, los temas de profecía y restauración, para hablar un poco de algo que aprendí leyendo las Escrituras.
 
     Los que critican la Biblia dicen que si Dios es amor, cómo es posible que ordenara a su pueblo destruir otras naciones, sin embargo no estudian el contexto, la situación real en la que vivía el pueblo de Dios, rodeado de naciones idolátricas, con rituales demoníacos, que incluso pasaban a sus hijos por fuego en sus ritos religiosos. También olvidan que el Eterno conoce el futuro y sabía qué naciones iban a ser un azote constante como vimos en la entrada sobre Amalec. Así pues, el Creador, juzgaba y castigaba a estas naciones, a veces con fenómenos sobrenaturales como pasó en Sodoma, a veces por medio de la espada del ejército de su pueblo.

 
 
     Pero aún en este contexto de peligro constante y de violencia, los soldados judíos tenían el mandato de ser unos soldados diferentes, en Deuteronomio cap. 23:9 el texto dice: “ cuando estéis en guerra contra vuestros enemigos y hagáis vida de campaña, procurad no cometer ningún acto indecente” y en el cap. 20 y en otros textos, El Eterno dio unas leyes de comportamiento en tiempos de guerra.
 
     Así por ejemplo, cuando se reunía el pueblo para la batalla – hay que decir que los israelitas no eran un pueblo belicoso de por sí, por lo que en tiempos de guerra muchos de sus soldados eran agricultores, artesanos o trabajadores llamados a filas- los oficiales preguntaban si había algún comprometido en matrimonio, alguien que se hubiera construido una casa o sembrado una viña y no las hubiera disfrutado, o incluso, si había alguien que se sintiera atenazado por el miedo. El que estuviera en alguna de estas situaciones era invitado a abandonar el campamento y regresar a su casa.

 
 
     Una vez formado el ejército un sacerdote reclamaba la bendición y ayuda del Creador en la batalla y junto con los oficiales, animaba al pueblo a esforzarse y a no desmayar confiando en Dios. Además de esto Dios había ordenado unas normas para el campamento israelita, como era la limpieza del recinto y la consagración de los soldados, estos debían llevar entre sus armas una estaca para cubrir sus excrementos y debían cumplir varias normas mientras estaban en campaña militar, por ejemplo si alguno mantenía relaciones sexuales quedaba apartado por un día de dicho campamento.
 
     El Eterno también dictó leyes humanitarias para los enemigos (menos para las ciudades sobre las que recayó el juicio de Dios debido a sus aberraciones); cuando los soldados hebreos sitiaban una ciudad primero ofrecían la paz, y si los ciudadanos la rechazaban, entonces la conquistaban y en el asedio, tenían prohibido el talar árboles sanos que produjeran frutos. Así también, si un soldado israelita se fijaba en una de las cautivas, debía dejar que llorara a los suyos por un mes, y luego la tomaría por mujer.
 
     Todas estas leyes eran impensables para las naciones e imperios contemporáneos al Israel del A. T. que eran conocidos por la crueldad que mostraban al conquistar una ciudad tanto con sus habitantes, como con sus huertos, árboles, pozos… arrasaban todo. Además, por ejemplo, ninguno de estos ejércitos permitiría nunca que se fueran libremente aquellos de sus soldados que sintieran desfallecer de miedo antes de la batalla.
 
     ¿A qué viene toda esta introducción?, viene a que hoy vamos a contar la historia de un soldado de Israel, que vivió sobre el año 1000 a. d. C., un héroe que se ganó el derecho de figurar para siempre en la lista de los soldados más valientes del ejército del rey David, en esta lista encontramos su nombre, en 2ª Samuel 23:29.
 
     Urías heteo o hitita ¿quiénes eran los hititas?. El imperio hitita fue uno de los más importantes de la antigüedad, aunque en la época en la que se desarrolla nuestra historia, ya no existía como tal imperio, tan sólo sobrevivían algunas comunidades en la tierra prometida y algunas ciudades-estado en regiones cercanas al Eúfrates al norte de Israel. Eran hombres duros, montañeros y en cuanto a las creencias religiosas, la religión hitita era conocida como la religión de los mil dioses, debido al gran número de divinidades a las que adoraban. Así pues Urías fue un extranjero que abandonó a su pueblo y a sus dioses para unirse a los escuadrones del Dios de Israel.
 
     Su historia la encontramos en 2ª de Samuel cap. 11. Es una historia conocida, sobretodo, porque cuenta el pecado, la caída de ese gran rey que fue David. Pero hoy nos vamos en centrar en Urías para ver qué podemos aprender, y para recordar la historia, es preciso leer los vers. 1 al 16.

 
 
     Se cree que David tendría unos 50 años en el momento en que transcurre esta historia, hasta este momento David había puesto su confianza en Dios y el Señor lo había llevado de victoria en victoria.
Pero esta vez decidió no salir al frente de su ejército como acostumbraba. Se quedó en palacio, fue tentado y cayó. Cuando supo que Betsabé quedó embarazada, quiso tapar su pecado y mandó a Joab que le enviara a Urías a informarle sobre la guerra. El plan era que Urías durmiera con su mujer y así nadie se enteraría de lo sucedido.
 
     Así pues, el soldado se presentó ante David y le dio las noticias correspondientes sobre el estado del ejército y la batalla y el rey le despidió ordenándole que se fuera a su casa. Mas él se quedó a las puertas de palacio con la guardia real.
 
     ¿Por qué no bajó Urias a su casa?, ¿acaso no amaba a su mujer? Todo lo contrario, en el cap. 12 cuando el profeta Natán amonesta a David por lo que éste hizo, usa el siguiente ejemplo (leer cap 12:1-4) que nos muestra con qué cariño Urías cuidaba de su mujer.
 
     La respuesta a la pregunta la tenemos de la boca del propio Urías: cuando David se enteró de lo ocurrido, le preguntó el por qué no había bajado a su casa y Urías le respondió que tanto el Arca como sus jefes y compañeros estaban acampados bajo suelo raso y él no podía ir a las comodidades de su casa pensando en ellos, sin olvidar, pienso yo, lo que vimos en la introducción sobre las leyes de castidad que tenían que guardar los soldados de Israel.
 
     Pienso que estas palabras penetrarían como puñales en la conciencia y el corazón de David, porque sabía muy bien de lo que hablaba Urías. David conocía a Urías dice 1ª Crónicas 11:10 refiriéndose a los valientes de su ejército: “ éstos eran los soldados más sobresalientes, que le dieron su apoyo en su reinado y que en unión de todos los israelitas le hicieron rey”. Urías llevaba años sirviendo a David era oficial de su ejército y seguramente habría compartido con el rey muchas noches al raso, junto a una fogata, en los campamentos, antes incluso de que David fuera rey.

      Además, es importante mencionar, como Urías nombra en primer lugar al Arca Sagrada. Ésta era muy importante para los judíos, ya que el Señor había mostrado muchas veces su poder a través de ella. David mismo adoraba danzando delante de todo el pueblo, cuando, tras un primer intento fallido, consiguió trasladar el Arca a Jerusalen. Por eso estas palabras seguro penetraron hasta el mismo alma de David.
 
      David fue un gran hombre con un gran corazón que era del agrado del Señor, pero en esta ocasión seguía empecinado en ocultar lo que había hecho, por eso le dijo al hitita que se quedara un día más, lo emborrachó y lo volvió a mandar a su casa, pero Urías volvió a quedarse a las puertas de palacio. Así pues, David, viendo que su plan había fracasado debido a la honestidad de su oficial, decidió quitarlo de en medio utilizando para ello la mano de sus enemigos, mandó una carta a Joab, mandándole que pusiera a Urías en lo más reñido de la batalla y que luego se apartaran de él para que muriera. Y encima mandó la carta por medio del mismo Urías, porque le conocía y sabía que jamás la abriría ni la leería.

 
 
     Joab obedeció al rey, puso a Urías en el lugar donde sabía, había hombres valientes, en lo más reñido de la batalla, Joab también sabía que Urías no retrocedería, y así en un momento dado murió. La descripción exacta de lo que pasó figura en el vers. 23. En el cap. siguiente vemos como David reconoce su pecado tras ser amonestado por Natán y como Dios lo castiga y lo restaura, pero eso es otra historia.
 
     He sacado varias aplicaciones para mi vida, de todo lo que hemos hablado. Las comparto por si a alguien les pueden venir bien:
 
1ª Al igual que los soldados israelitas tenían el mandato de ser soldados diferentes, nosotros debemos de tener, igualmente, un comportamiento diferente al de los incrédulos. Eso no quita de que, aunque personalmente pasemos por alto ofensas hacia nuestra persona, defendamos con valor a nuestros hijos, a nuestra familia ante los problemas que puedan surgir en este mundo sin principios.
2ª Debemos implicarnos con el Señor y con nuestros hermanos de la misma manera que Urías lo hacía. Si la iglesia lucha por el reino de Dios, nosotros no debemos quedarnos sentados en nuestras casas, sino de acuerdo a los dones que cada uno tiene, arrimar el hombro.
3ª Al igual que David confiaba en que Urías no iba a abrir la carta que lo condenaba, porque conocía su honestidad, nosotros debemos aspirar a que se reconozca nuestra integridad delante de los que nos rodean.
4ª Urías no retrocedía ante los enemigos por más fieros que éstos fueran. De la misma forma no debemos achicarnos ante las pruebas y las batallas que nos vengan porque sabemos que Dios está de nuestro lado.
5ª No hacer como Joab, que obedeció una orden del rey sabiendo que iba en contra de la voluntad de Dios. Debemos de poner los mandatos de Dios por delante de los mandatos de los hombres, ya sea en los trabajos, en los estudios o en cualquier otro ámbito de la vida.
 
     Espero que el ejemplo del soldado valiente, que le dio el derecho de figurar en la genealogía del Salvador (Mateo 1:6),  nos sea de utilidad a la hora de librar las batallas espirituales que nos quedan. Saludos.

martes, 16 de abril de 2013

Balaam, el caído que veía.

 


    
     Me llama mucho la atención observar, como aún hoy día, en muchas iglesias evangélicas, no se presta interés por reconocer el tiempo profético que vivimos en relación a Israel, en mi caso, por ejemplo, siempre he escuchado hablar de la segunda venida de Cristo, en el sentido de que ocurrirá en un tiempo no muy lejano, pero hasta que no he investigado, no he sido consciente de estar viviendo en los tiempos predichos por los profetas desde la antigüedad. En muchos hermanos, todavía se impone la interpretación alegórica del Antiguo Testamento, se impone el decir que ahora el "Israel de Dios", somos los cristianos alrededor del mundo. Pero, aunque es cierto que hemos sido injertados en su pueblo, hay una relación especial del Eterno con su pueblo físico, un pacto perpetuo.

     "Y estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti, por todas sus generaciones, por pacto ETERNO, de ser Dios tuyo y de toda tu descendencia después de ti." (Génesis 17:7)

     "reuniré a todas las naciones, y las haré bajar al valle de Josafat. Y allí entraré en juicio con ellas a favor de MI PUEBLO Y MI HEREDAD, Israel, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra." (Joel 3:2)
     Los profetas anunciaron que el pueblo escogido volvería a su tierra y eso se cumplió en 1948, a pesar de todos los intentos de aniquilación que dicho pueblo ha sufrido, pues Satanás desde el principio quiso acabar con la nación de donde nacería el Mesías y que sería la depositaria de su Palabra.
      Al igual que ha pasado siempre, en la actualidad, también hay gobernantes que desean el mal para Israel. Uno de ellos era el fallecido recientemente, Hugo Chávez. Éste, justo un año antes de enfermar maldijo a Israel de la forma tan impactante que muestra este vídeo.http://www.youtube.com/watch?v=vXLfx1i04tQ

     Seguramente desconocía o no creería lo que dice Génesis 12:3 y pagó las consecuencias:

     "Bendeciré a los que te bendigan y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra."

      Hace unos 3400 años, otro hombre fue incitado para maldecir a Israel, se trataba de Balaam hijo de Beor. Y de su historia podemos sacar conclusiones interesantes. Ésta viene reflejada en el libro de Números, capítulos 22 al 24.

     Israel hacía poco que había salido de Egipto, se dirigía a la tierra prometida, y acamparon frente a Jericó, en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán.

     Entonces, el rey de Moab, Balac, tuvo temor del pueblo elegido y mandó llamar a un personaje enigmático, un adivino famoso en todo el medio oriente entonces, a Balaam que vivía en Petor, una ciudad al norte de Mesopotamia. Un descubrimiento arqueológico reafirma la fama de este hombre, podéis verlo en este enlace http://www.protestantedigital.com/ES/Magacin/articulo/375/Balaam-el-profeta-enigmatico

    Este Balaam no era hebreo, seguramente sería una especie de profeta o sacerdote de dioses paganos, al que se le presumían grandes dotes adivinatorias. Sin embargo, de alguna forma, el Dios verdadero se le revelaba.

     Así pues, el rey de Moab mandó mensajeros para hacer traer a este hombre, ofreciéndole presentes con el fin de que maldijera a Israel, pues se creía que a quien Balaam maldecía quedaba maldito.



     Dice la Escritura que al recibir a los mensajeros, Balaam consultó a Dios, y de lo que el Eterno le respondió, podemos extraer las primeras enseñanzas.

     "Y Dios dijo a Balaam: No vayas con ellos; no maldecirás al pueblo, porque es bendito." (Número 22:12)
  
     El diccionario de la RAE, define bendito como: santo, bienaventurado, dichoso. Es decir es un pueblo apartado, bienaventurado al haber recibido la palabra del Eterno. Bendito, tal y como se le dijo a Abraham desde el principio.

     Ante la negativa del profeta, el rey de Moab volvió a mandar mensajeros, jefes notables, quienes insistieron a Balaam ofreciéndole aún más riquezas que la primera vez. Balaam en un principio respondió bien, pues dijo que aunque Balac le llenara la casa de plata y de oro no podría contravenir la orden del Eterno. Sin embargo, acto seguido les dijo que se quedaran esa noche para ver qué  mensaje recibía del Creador.

      Dios le respondió que fuera con ellos, pero que sólo hablaría lo que Él le dijera. Balaam se fue con ellos, pero del texto se desprende que el deseo por las riquezas ya entró en su corazón, e iba dispuesto a maldecir. Por lo tanto, Dios mandó su Ángel para que le saliera al encuentro como adversario. El asna sobre la que iba montado, vio al Ángel por tres veces, las dos primeras pudo esquivarlo a un lado u otro del camino, pero la tercera no tenía sitio por donde salir y se echó al suelo al ver que se acercaban sin remedio, al Ser celestial que tenía la espada desenvainada. Balaam golpeó a su animal, hasta que a éste le fue dada la capacidad de hablar, tras lo cual, el profeta vio al Mensajero, por lo que se postró rostro en tierra, reconociendo su pecado y proponiendo volver por donde había venido. Pero otra vez le fue ordenado ir, repitiéndole la orden de hablar sólo lo que se le ordenara.

     Así pues, llegó hasta Balac quién lo recibió esperanzado, recriminándole su tardanza a pesar de los bienes que le había prometido, ante lo que Balaam -esta vez sí- respondió que sólo hablaría lo que Dios le revelara.

     Subieron a un monte pelado, ofrecieron sacrificios y la primera profecía llegó a Balaam. De ella extraemos el siguiente texto:

"...¿Cómo maldeciré a quien Dios no ha maldecido? ¿Cómo condenaré a quien Dios no ha condenado?... He aquí, es un pueblo que mora aparte, y que no será contado entre las naciones."

     De esta declaración aprendemos:

1.- Dios no ha maldecido a Israel.
2.- Es un pueblo distinto a las demás naciones.
3.- Es un pueblo que fue favorecido por el Eterno.

     Balac se asombró recriminando al profeta que hubiera bendecido en vez de haber maldecido, a lo que Balaam respondió de la misma manera, que sólo hablaría lo que se le ordenara. Así que el rey de Moab lo llevó a otro monte, desde el que se veía un extremo del pueblo de Dios, pensando que allí tal vez le fuera concedido a Balaam maldecir. Sin embargo la segunda profecía de éste expresaba:

"...Mira, he recibido orden de bendecir; si El ha bendecido, yo no lo puedo anular. El no ha observado iniquidad en Jacob, ni ha visto malicia en Israel; está en él el SEÑOR su Dios, y el júbilo de un rey está en él...Porque no hay aguero contra Jacob,  ni hay adivinación contra Israel."

     De este texto aprendemos que Dios está presente en Israel, presencia que se ha manifestado a lo largo de la historia y cuyo momento culminante fue cuando Yeshúa, su Hijo, Rey de reyes y Señor de señores, nació, vivió, murió y resucito entre los hombres en su primera venida. "...El júbilo de un rey está en él", mil cuatrocientos años después de que el profeta dijera esto, sucedió lo que cuenta Lucas, cap. 10 :21-24

     "En aquella misma hora El se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de tu agrado.
     Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
     Y volviéndose hacia los discípulos, les dijo aparte: Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron."

     Si no eres cristiano, si piensas que la Biblia es sólo una colección de leyendas, tal vez estos artículos te hagan plantearte cómo es posible que las cosas que dijeron los profetas en ella, se hayan cumplido y se sigan cumpliendo. Tal vez sientas curiosidad por conocer a Aquel varón de quien toda la Biblia da testimonio, a Jesucristo, quien llamó al arrepentimiento, quien se ofreció a los demás totalmente hasta entregar su propia vida, quien acercó el reino de los cielos para todo el que reconozca y confiese que es el Hijo de Dios y crea en su corazón la verdad de su resurrección tenga vida eterna.

    También del texto podemos concluir que no hay maldición, ni mal de ojo, ni adivinación que pueda anular el pacto de Dios con su pueblo.

     Continuando la histora, vemos como Balac, desesperado llevó al profeta a un nuevo monte, a la cumbre del Peor, a ver si allí podía, por fin cumplir su objetivo, pero nada más lejos de la realidad.

     Dice la Escritura que Balaam no fue como las otras veces a buscar agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto y cuando vio a Israel acampado, el Espíritu de Dios vino sobre él, y entonces dijo:

"Oráculo de Balaam, hijo de Beor, y oráculo del hombre de ojos abiertos; oráculo del que escucha las palabras de Dios, del que ve la visión del Todopoderoso; CAÍDO PERO CON LOS OJOS DESCUBIERTOS.
     ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; tus moradas, oh Israel!
      ...Benditos los que te bendigan, y malditos los que te maldigan."

     Balaam, al recibir esta revelación del Espíritu Santo, no tuvo más remedio que reconocer su condición, caído pero con los ojos descubiertos, era consciente de que no era merecedor de esa visión, tras lo cual hizo una  loa a Israel y declaró lo que ya vimos desde el principio "benditos los que te bendigan..."

     Esta última profecía terminó por desesperar a Balac, quien le dijo a Balaam que se marchara a su tierra, que se había quedado sin los presentes, a lo que éste respondió como siempre, pero antes de irse le dejó una profecía más, referida en parte al futuro de su pueblo:

     "Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel que aplastará la frente de Moab y derrumbará a todos los hijos de Set".

     Cuatrocientos años después, el rey David, derrotó y sometió completamente a los moabitas sujetándolos a tributo. Aunque esta profecía también apunta al Mesías "la estrella saldrá de Jacob" (Mateo 2:2), con su cetro de justicia:

     "Pero del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos, y cetro de equidad es el cetro de tu reino." Hebreos 1:8

     Y así se marchó para su tierra. Sin embargo, vemos en el capítulo 25 cómo los hijos de Israel empezaron a mezclarse con las hijas de Moab y cómo esta situación los estaba llevando a la apostasía, lo que fue cortado expeditivamente por Moisés y Finees. Según la tradición judía, Balaam después de este episodio, volvió a caer en la avaricia y aconsejó a Balac, -ya que no pudo maldecirlo- que si quería vencer al pueblo elegido, lo que tenía que hacer es seducirlo, a través de las hijas de su pueblo, asimilarlo a sus costumbres. Y creo que puede ser verdad, pues vemos más adelante como muere este profeta en la guerra contra los madianitas, y dice en el cap. 31:16:

"He aquí estas fueron la causa de que los hijos de Israel, por el consejo de Balaam, fueran infieles al Señor en el asunto de Peor, por lo que hubo plaga entre la congregación del Señor."

     Por esto Israel era un pueblo apartado y por eso nosotros los que creemos en Yeshúa debemos de ser un pueblo apartado, que no siga las costumbres, la idolatría y la falta de principios del mundo que nos rodea.

     Espero que este comentario sirva para recordar que Israel sigue siendo el pueblo físico de Dios, y que hay promesas bíblicas que le incumben sólo a Él. Es el pueblo que fue elegido para recibir la Palabra del Bendito, de donde nacieron los profetas cuyos escritos llegan y se cumplen en nuestros días. El pueblo de donde, según la carne, nació nuestro Salvador. A Él sea la gloria.