sábado, 21 de septiembre de 2013

El judaísmo de Pablo



     Una cosa que he observado al estudiar las raíces hebreas de mi fe, es el prejuicio de muchos hermanos, al escuchar de diferentes asuntos relacionados con el judaísmo. ¡¡Cuidado con no judaizarse!! me dicen, a lo que yo les respondo: Efectivamente, hay preceptos que sólo les incumben a ellos, pero ¿no es también peligroso mantener costumbres heredadas del paganismo, en nuestras iglesias?

     Estos prejuicios impiden acercarse a los textos desde una perspectiva hebrea, lo que en algunos casos dificulta nuestra comprensión. Esto es muy evidente, por ejemplo, cuando Pablo habla acerca de la "La Ley". Hay veces que se refiere a la ley oral, por ejemplo en 1 Corintios 14:34 el apóstol dice que la mujer no hable en la congregación... "como también la ley lo dice". No hay ningún mandato en la Torah que prohíba a la mujer hablar en la congregación, es una referencia a la torah oral. Otras veces Pablo habla de la "Ley del pecado", otra de las ley civil y otras, efectivamente de "La Ley de Dios" a la que él procuraba servir en su mente (Romanos 7:25). Es al legalismo, al inútil esfuerzo de intentar ser justificado por las obras, y a las cargas impuestas e inventadas de la ley oral, a lo que Pablo al igual que su Maestro atacaba, no a la Ley santa y a los mandamientos buenos del Eterno. (Romanos 7:12)

      

     Y es que, según dicen nuestros hermanos mesiánicos, cualquier judío que se acerque sin prejuicios al Nuevo Testamento, entenderá que es precisamente, eso, un libro judío. Nuestro Señor, los apóstoles y los primeros cristianos fueron judíos.

    Yeshúa observó desde su niñez las leyes de su pueblo, llevaba los vestidos reglamentarios, asistía a los servicios de la sinagoga cada sábado y se refería a la Ley como la expresión de la voluntad de Dios, tanto para sí mismo como para los demás.

    En su época, el judaísmo había desarrollado tantas normas en aplicación de la Ley que hacían de ella una carga muy pesada, imposible de llevar para el pueblo. El vino para explicar el verdadero sentido de la Ley, para magnificarla y ampliarla como dijo el profeta Isaías 42:21 "El Señor se complació por amor de su justicia en magnificar la Ley y engrandecerla.". Así en el sermon del monte, desarrolló los mandamientos con ejemplos como este:-Oísteis que fue dicho: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón-. El explicó que el cumplir la Ley es más una actitud del corazón que una simple realización de ritos externos.

      Entendiendo esto, es que podemos comprender la aparente contradicción que vemos en Pablo, el gran defensor de la gracia, que condenaba firmemente que se quisiera obligar a los gentiles a circuncidarse y que sin embargo, participaba activamente en las fiestas (Hechos 20:16) y costumbres de su pueblo.

    ¿Por qué Pablo actuaba así? pues porque en el Nuevo Testamento encontramos dos "denominaciones", las únicas bíblicamente defendibles, según mi opinión. Los creyentes judíos, que participaban en los pactos establecidos para su pueblo en la Torah, y los creyentes gentiles que estaban exentos de ellos.

     Aún hoy día si un gentil se acerca a una sinagoga, el rabino le dirá que no necesita convertirse al judaísmo para acercarse al Creador, le dirá que basta con que siga las "siete leyes de Noé", que son unas normas básicas de comportamiento.

     En el siglo primero, estas leyes eran cuatro, las que los hermanos judíos del concilio de Jerusalén, impusieron a los hermanos gentiles, y que son básicamente, los preceptos que venían establecidos en la Torah, para los extranjeros que residían con el pueblo de Israel (Levítico 17-18).

     Es incierto que Pablo quisiera abolir la Torah, o que fuera en contra de las tradiciones y fiestas de su pueblo. Tal es así que hacía votos de nazareo, como vemos en Hechos 18:18:

     "Y Pablo, después de quedarse muchos días más, se despidió de los hermanos y se embarcó hacia Siria, y con él iban Priscila y Aquila. Y en Cencrea se hizo cortar el cabello, porque tenía hecho un voto".

     El cortarse el pelo marcaba el final del voto de nazareo. Como viene recogido en Números cap. 6, el objetivo de este voto era dedicarse de una forma especial al Eterno. El nazareo se abstenía de vino y todo derivado de la vid, no pasaba navaja por su cabeza y tenía prohibido acercarse a persona muerta. Al final de su voto, tras cortarse el pelo, debía ofrecer una ofrenda al Creador, que viene regulada en los vers. 14 y 15 de dicho capítulo.


      Al igual que Pablo los primeros cristianos, que eran judíos, cumplían con sus obligaciones en el Templo, como se puede observar en el cap. 21 de Hechos vers. 18-26:

     "Y al día siguiente Pablo fue con nosotros a ver a Jacobo, y todos los ancianos estaban presentes. Y después de saludarlos, comenzó a referirles una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles mediante su ministerio.

    Y ellos cuando lo oyeron glorificaban a Dios y le dijeron: Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la ley;   y se les ha contado que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones.

     Entonces ¿qué es lo que se debe hacer? Porque sin duda la multitud se reunirá pues oirán que has venido. Por tanto, haz esto que te decimos: Tenemos cuatro hombres que han hecho un voto; tómalos y purifícate junto con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos sabrán que no hay nada cierto en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives ordenadamente, acatando la Ley. 

     Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito, habiendo decidido que deben abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación.Entonces Pablo tomó consigo a los hombres, y al día siguiente, purificándose junto con ellos, fue al Templo, notificando de la terminación de los días de purificación, hasta que el sacrificio se ofreciera por cada uno de ellos."
     
      Entonces, ¿cuál era la diferencia entre los judíos que creían en Yeshua y los que nó?, pues que mientras los primeros seguían los preceptos con gratitud, como una consecuencia de la fe y la justificación que habían recibido mediante el sacrificio perfecto de Cristo, los segundos pretendían justificarse ante el Eterno intentando cumplir toda la Ley, lo cual es imposible para cualquier ser humano. Por eso cuando Yeshua pronunció la famosa frase " el que esté libre de pecado tire la primera piedra", todos, empezando por los más mayores desistieron de apedrear a la mujer, acusados por su conciencia.

     Pablo estimaba profundamente a su pueblo, como vemos en estos versículos de Romanos 3:1,2 y 31

      "¿Cuál es entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión? Grande, en todo sentido. En primer lugar a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios...¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley." 

     Jesús no vino a anular la Torah, Él vino a cumplir lo que en ella y en los profetas se decía acerca de Él y a desarrollar el Nuevo Pacto del que habló el profeta Jeremías. Los mandamientos de Dios inundan todo el Nuevo Testamento, pues como dice Apocalipsis 14:12 "Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús".

     Efectivamente, hay grupos que sin ser judíos mandan a sus hijos a circuncidarse, consideran una obligación aprender hebreo, guardan las costumbres judías e incluso se visten como ellos. Estas personas no han entendido lo que hemos comentado en los párrafos de arriba, que hay pactos que únicamente les atañen a ellos. Pero, si tenemos de antemano un prejuicio de todo lo que suene a hebreo, nos perderemos muchísimos y preciosos conocimientos, como los que se desprenden del estudio de las Fiestas, ausente en nuestras iglesias.


     Por otro lado, ¿por qué juzgamos a un hermano que quiera celebrar, por ejemplo, la fiesta de los tabernáculos, que además es la fecha en la que nació el Mesías y nos parece bien, en cambio, celebrar la navidad el 25 de diciembre, día en el que se adoraba a las falsas deidades en la antigüedad? que el Señor nos de la sabiduría y el equilibrio necesarios, para juzgar correctamente todos estos asuntos.