sábado, 24 de agosto de 2013

La Señal del Profeta Jonás.




        Entiendo que es complicado; toda tu vida escuchando y enseñando algo y, al cabo de los años, te das cuentas de que has estado errado, porque has heredado inexactitudes y falsas tradiciones que han pasado de generación en generación. En esta entrada, vamos a analizar los hechos ocurridos durante la semana más decisiva que ha vivido esta tierra, la semana en la que el Mesías venció a la muerte y el pecado, con su sacrificio en la cruz. Y de este estudio vamos a deducir que estábamos equivocados; que Yeshúa hizo su entrada triunfal un sábado, no "el domingo de ramos",  que no murió un viernes como siempre se nos ha enseñado, y la resurrección, ocurrió algunas horas antes de lo que pensábamos. Antes de que te escandalices, ruego que leas el argumento que desarrollo a continuación.

     Para llevar a cabo un mejor entendimiento de la semana santa, es preciso conocer, por un lado, la fiesta de Pesaj o Pascua, pues veremos como el Mesías la cumplió al pie de la letra, y por otro, lo que afirmó Yeshúa en Mateo 12:39-4, cuando los escribas y fariseos le demandaban señal.
                                            


     "Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal, y ninguna señal se le dará, sino la señal de Jonás el profeta; porque como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
      Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí."


     -También, es preciso explicar que en el calendario bíblico el día comienza al atardecer (sobre las 6 de la tarde) y no a las doce de la noche, como ocurre en el nuestro. Esto lo vemos ya desde el principio, como dice el texto en el relato de la creación "...y fue la TARDE y la MAÑANA, un día" (Génesis 1:5).-

     Tres días y tres noches, es algo que estoy seguro ha venido alguna vez a vuestra mente "del viernes al domingo no van tres días y tres noches", la explicación que hemos heredado dice que basta una pequeña parte del día para considerarlo completo, pero aún así no cuadra...la tarde del viernes, el sábado completo, la mañana del domingo... ¡¡me salen dos noches y dos días!! y sabemos que el Señor no miente. Lo más fácil e inteligente, en cambio, es aceptar la palabra del Señor tal cual, si dijo que estaría ese tiempo en el sepulcro es que lo estaría. Entonces, ¿de dónde viene el error?, pues del desconocimiento de las fiestas judías y en especial, en este caso, de la fiesta de la Pascua y los panes sin levadura, paso a explicaros algo de ella:
                                       

      
     La Fiesta que cambió el rumbo de la humanidad. Pascua, en hebreo Pesaj, significa “salto” y los israelitas celebran como el ángel destructor saltó, allá en Egipto, pasó de largo de sus casas untadas con la sangre del cordero, haciendo gran estrago entre los primogénitos de los egipcios. Dice el evangelio, que cuando Juan el bautista vio a Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29) e Isaías 700 años antes dijo acerca de Él “..como cordero fue llevado al matadero” Is 53:7. Y ahora vamos a estudiar como nuestro Señor se identificó plenamente  con el cordero pascual, cuya sangre untada en los dinteles de las puertas libró a los israelitas del ángel destructor que eliminó a todos los primogénitos de los egipcios. Es muy interesante que el Señor siguió paso por paso, todo lo concerniente al cordero que era sacrificado en esta Fiesta.
      Para ver esto vamos a ir leyendo Éxodo cap. 12 que fue cuando se instituyó la pascua y lo iremos comparando con los relatos de los evangelios y con lo que los sacerdotes hacían en cada momento.

     Dicen los vers. 2 y 3 “Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros. Habla a toda la congregación de Israel, diciendo: “El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa.”

      El vers 5 dice que tendría que ser un macho sin defecto. Y el vers 6 dice “Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer.”

      Pues bien, el día 10 de nisan todas las familias elegían el cordero que iban a sacrificar en la pascua, igualmente, durante mil años antes de Cristo, el sumo sacerdote salía del templo e iba en busca del cordero pascual, cada año. 
     Los levitas le hacían un pasillo y cuando lo veían venir gritaban “Hosanna en las alturas” “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Pero ese año el Señor se le adelantó entrando en un pollino cumpliendo la profecía de Zacarías, y los discípulos se adelantaron a decir “Hosanna en las alturas…

      Como dice el vers. 6 que hemos leído, los padres de familia y el sumo sacerdote tenían cuatro días para comprobar que el cordero era sin mancha. A los cuatro días el sacerdote proclamaba “no encuentro falta en él”. 

     Pues lo mismo pasó con Jesús, en esos cuatro días fue duramente interrogado y probado en el templo, y es curioso como cuando le entregaron a Pilatos, este dijo tras hablar con él, profetizando sin saberlo “no encuentro delito en Él” (Juan 18:38). 

     Era el catorce de nisan, en ese momento normalmente el sumo sacerdote declaraba libre de falta al cordero, y cuando se sacrificaban muchos corderos en el templo, a la hora tercera (las nueve de la mañana), Jesús fue crucificado. Ese día hubo tinieblas desde las 12 a las 3 de la tarde, hora en que el cordero pascual era sacrificado por el sumo sacerdote, quien decía la frase “consumado es”. Exactamente a la misma hora nuestro Bendito Salvador pronunció la misma frase “consumado es”. La tierra tembló, el velo del templo se rompió y el pecado fue vencido en la cruz. 
  
     El día catorce era el día de la preparación de la fiesta de los panes sin levadura, los judíos limpiaban hasta el último reducto de pan de sus casas, y celebraban la pascua el día 15 comiendo el cordero con pan sin levadura y hierbas amargas.
     Jesús hizo su entrada triunfal un sábado 10 de Nisán, murió un miércoles, día 14, a las tres de la tarde, algunas horas más tarde fue sepultado apresuradamente, antes o al comienzo del día 15, jueves, un día de reposo especial, que daba inicio a la fiesta de los panes sin levadura. Por lo tanto, en la semana que nos ocupa hubo dos shabat, el semanal y éste especial, de gran solemnidad de la fiesta, como dice Juan 19:31 

      "Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (PORQUE ESE DÍA DE REPOSO ERA MUY SOLEMNE), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran."
      El día dieciséis, viernes, las mujeres compraron y prepararon las especias para ungir el cuerpo del Señor (Marcos 16:1), pero tuvieron que descansar, conforme al mandamiento, el sábado semanal, día diecisiete (Lucas 23:56).

     El domingo (el primer día de la semana) siguiente a la celebración de la pascua, se celebraba la primera fiesta de los primeros frutos. Se cree que los sacerdotes llegaban al templo sobre las tres de la mañana para hacer los preparativos, y a las nueve, El sumo sacerdote cogía las primeras gavillas de cebada y las mecía delante del Creador, agradeciéndole y pidiéndole por el resto de la cosecha. No sabemos a qué hora exacta el Mesías resucitó, algunos dicen que fue 72 horas justas después de haber sido sepultado, y que como lo metieron en la tumba antes de que comenzase el día de reposo jueves, tuvo que resucitar el sábado, poco antes de comenzar el primer día de la semana (os recuerdo, el domingo en el calendario bíblico empieza al atardecer del sábado).
     Para otros, El resucitó el domingo, probablemente en una hora aproximada a aquella en que los sacerdotes acudían al templo (sobre las tres de la madrugada), y espería hasta las nueve para presentarse ante su Padre, del mismo modo que fue cumpliendo toda la Pascua a su hora señalada (yo me inclino por esta opción). Es por eso que cuando, muy de mañana, María Magdalena vio al Señor, este le dijo que no le tocara, para no contaminarse, pues aún no se había presentado ante su Padre, mostrándose como las primicias.

     Y así entendemos mejor a lo que se refería el apostol Pablo en primera de colosences 15:23, hablando de la resurrección de los muertos: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo en su venida”.

     Y es que la realidad de los hechos es mucho más impactante que la enseñanza que hemos recibido, pues es impresionante la exactitud con la que se cumplieron todos estos acontecimientos, cada uno en su día y hora señalados.

     Pero aún hay más, no sólo la señal del gran pez que se tragó a Jonás nos habla del Salvador en ese libro. La oración que el profeta hace en el cap. 2, es también una representación de lo que sintió el Señor en la cruz (los paréntesis son míos):

                                  

     "Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; 
Desde el seno del Seol clamé, 
Y mi voz oíste. 
2:3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, 
Y me rodeó la corriente; 
Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. 
2:4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; (ELI,ELI LAMA SABACTANI)
Mas aún veré tu santo templo. 
2:5 Las aguas me rodearon hasta el alma, 
Rodeóme el abismo; 
El alga se enredó a mi cabeza. (LA CORONA DE ESPINAS)
2:6 Descendí a los cimientos de los montes; 
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; 
Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. 
2:7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, 
Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo."


     Además de esto, cuando Jonás regresó a Nínive, el texto cuenta que era una gran ciudad que tenía tres días de camino, y el profeta, camino de un día, comenzó a decir: "De aquí a cuarenta días Nínive será destruida." Los ninivitas se arrepintieron y el Creador no destruyó la ciudad. Si comparamos esto con el ministerio de Yeshúa, cambiando los días por años, vemos que su predicación duró tres años aproximadamente y que al no arrepentirse los judíos, ni reconocer su venida, Jerusalén fue destruida por los romanos cuarenta años después (en el año 70 el general Tito destruyó la ciudad y el templo).

     Y una última "coincidencia", la primera pascua allá en el desierto también cayó en miércoles, ¿cómo podemos saberlo? Pues dice la Escritura (Éxodo cap.16) que a los 15 días del segundo mes después de que los israelitas salieran de Egipto, estos se quejaron y murmuraron por falta de alimento, y el Señor les concedió el maná, a partir de la mañana siguiente, diciéndoles que al sexto día cogieran el doble para guardar el día de reposo. Por lo tanto, el día que se quejaron era sábado. Así, si retrocedemos un mes, día a día, vemos como fue un miércoles que los judíos sacrificaron los corderos, untando la sangre en los dinteles de las puertas.

    Si no eres creyente, reflexiona, no hay nadie que ni aún queriendo engañar, pueda manejar a su antojo el tiempo y el espacio, para hacer coincidir todos estos eventos (y muchos más) en la figura de Jesús. El murió en esa Pascua de las Pascuas, por nuestros pecados, conforme a las Escrituras. Y dicen éstas que si confiesas con tu boca que Yeshúa es el Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de entre los muertos, serás salvo. Sé como los ninivitas a los que Jonás predicó, arrepiéntete de tu mal camino y sigue al Maestro.

    Si eres creyente y tienes responsabilidad de enseñanza, te animo a que seas como los de Berea, investigando este asunto para enseñar más correctamente la verdad de estos hechos. Para más información mira este vídeo; https://www.youtube.com/watch?v=V2ZkfDe2MpA&t=4s

martes, 13 de agosto de 2013

La Menorah


     Junto con la estrella de David, es uno de los mayores símbolos del judaísmo, tal es así que, incluso, figura en el escudo de Israel y en algunas monedas israelíes.


   Es un objeto elegante, su forma simétrica a manera de árbol, adorna eficientemente una de las estanterías de mi casa. Pero no es un objeto cualquiera, hoy vamos a ver qué podemos aprender de él y a qué o a quién representa.
     Vamos a empezar por el principio, el Señor ordenó a Moisés que construyera un tabernáculo, un santuario, cuando los hijos de Israel salieron de Egipto. Moisés debía atenerse a un modelo que se le mostró, es como si se le hubiera abierto una puerta o una ventana al cielo, y tuviera que copiar lo que allí vio.



     Éxodo 25:8-9 "Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite entre ellos. Conforme a todo lo que te voy a mostrar, conforme al diseño del tabernáculo y al diseño de todo su mobiliario, así haréis."
    Ese mobiliario incluía, en el interior de la tienda, al Arca del testimonio, la Mesa del pan de la presencia y un Candelabro, el que nos ocupa, la Menorah, que alumbraba día y noche el recinto sagrado.
     Fue construido por un hábil artesano, llamado Bezaleel, cuyo nombre significa "a la sombra de Dios", el cual fue llamado por su nombre por parte del Creador, como dice Éxodo 31:2-3 "Mira, he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte."
      De aquí sacamos la primera aplicación, Bezaleel era un artesano esclavo, allí en Egipto, seguramente sería muy buen trabajador, pero cuando el Señor lo llamó, sus habilidades fueron aumentadas por la unción del Espíritu. Lo mismo puede pasar con nosotros, si una vez que somos liberados del Egipto del pecado, ponemos nuestros dones en manos y al servicio del Creador.

   En Éxodo 37:17-24 viene la descripción de la menorah, y cómo se hizo, extraemos los siguientes versículos: "Hizo además el candelabro de oro puro. Hizo el candelabro labrado a martillo, su base y su caña; sus copas, sus cálices y sus flores eran de una pieza con él. Y salían seis brazos de sus lados, tres brazos del candelabro de uno de sus lados y tres brazos del candelabro del otro lado...", pesaba unos 37 kilos de oro puro y tenía una altura entre 1,50 y 1,60 cm aprox. El aceite para su encendido, debía ser puro de oliva, consagrado especialmente para tal fin.

     En cuanto a la historia de la Menorah, cuatrocientos años después de que fuera construida, Salomón la introdujo en el templo de Jerusalén, sobre el año 1000 antes de Cristo, y otros cuatro siglos después, se le pierde las pista tras la destrucción de Jerusalén y el templo por Nabucodonosor. Según el talmud, se encuentra oculto, junto al Arca, en algún lugar, en las entrañas del Monte del Templo, y será revelado cuando el tercer Templo sea construido.

    Tras el exilio babilónico, se hizo una réplica en tiempos de Esdras, y unos dos siglos antes de Cristo, bajo la dominación griega, se produjo un milagro en relación con ella, según la tradición judía, que dio lugar a lo que hoy se conoce como Jánuca o la fiesta de las luces. La historia es la siguiente:

    Gobernaba entonces en Judea, Antioco IV, el cual intentó una asimilación de los judíos a la cultura helena, prohibió el estudio de la Torah, la circunsición, el guardar el sabat y profanó el templo con idolatria y sacrificios de cerdo, esto provocó una sublevación judía bajo las órdenes de Judas Macabeo que terminó imponiéndose y liberando Jerusalén y el Templo. Cuando entraron en el recinto sagrado, lo limpiaron, construyeron un nuevo altar y encendieron la Menorah, sin embargo tan solo había aceite consagrado para el encendido de las velas, para un día. Pero, milagrosamente, el fuego permaneció encendido ocho días hasta que se obtuvo, de nuevo, aceite apto.

     Desde entonces, en el mes hebreo de Kislev (noviembre-diciembre) se celebra la fiesta de las luces, en la que los judíos adornan sus casas con candelabros de ocho brazos, nueve si contamos la caña, en recuerdo de este hecho. Fue durante la celebración de esta fiesta, cuando miles de lámparas alumbraban las casas de Jerusalén, que el Maestro dijo "Yo soy la luz del mundo".

     Posteriormente, en el año 70 de nuestra era, los romanos se llevaron la Menorah del templo embellecido por Herodes, tras la destrucción de éste, como queda reflejado en el Arco de Tito, en Roma.

   



     Tras permanecer en Roma varios siglos, se estima que permaneció en Roma hasta que los vándalos la saquearon en el 455 d. C. Los bizantinos, bajo las órdenes del general Belisario la recuperaron en el 533 d. C., llevándola a Constantinopla, donde se le perdió la pista hasta el día de hoy. Algunos piensan que se encuentra oculta en el Vaticano, otros dicen que fue devuelta a Jerusalén, pero realmente no se sabe qué pasó con ella. Por eso los judíos que están haciendo todos los preparativos para una futura construcción del Tercer Templo, han hecho una réplica fidedigna, que está expuesta, actualmente, cerca del Muro de las Lamentaciones.


    Según algunos, la Menorah representa a la zarza ardiendo que no se quemaba, otros opinan que representa a los siete días de la creación y otros al árbol de la vida. Yo creo, que según las Escrituras, la Menorah representa al Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo) que en hebreo se traduce por "viento" o "aliento", de Santidad. Esto lo vemos, claramente en dos sitios, uno en el Antiguo y otro en el Nuevo Testamento.
     El profeta Zacarías, en el cap. 4, ve una visión de la Menorah (leer vers 1 al 6, y después el 10), donde observamos como las siete lámparas se identifican con los siete ojos del Señor que recorren toda la tierra. De este texto se saca el escudo  israelí, pues dice el Señor, qué es por su Espíritu y no por otra fuerza o poder, que su obra es llevada a cabo, y los fundadores del nuevo Estado de Israel, reconocieron de alguna forma, lo sobrenatural de su vuelta a la tierra de sus antepasados.
     En Apocalipsis, Juan ve una visión del trono celestial en el cap. 4, donde admira al Padre sentado en el trono y delante de Él, dice el vers. 5 "Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios."
     Y aquí es donde podemos entender qué significan los siete brazos, para ello nos vamos a Isaías 11:1-2 "Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto. Y reposará sobre El el Espíritu de YHVH (la caña del candelabro), espíritu de sabiduría  (brazo 1) y de inteligencia (brazo 2), espíritu de consejo (brazo 3) y de poder (brazo 4), espíritu de conocimiento (brazo 5) y de temor del Señor (brazo 6)". Así pues, cada uno de los seis brazos, representan a una cualidad del Espíritu Divino. Estas cualidades fueron manifestadas en su máximo esplendor en Yeshúa y también pueden manifestarse en nosotros si nos sometemos a El.
     Y en este sentido la Menorah también representa al Mesías sobre quien reposó el Espíritu como hemos leído. Y como dice Apocalipsis 5:6 "Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra."


     Así pues, cuando veamos la Menorah, acordémonos de las cualidades del Espíritu Santo, y del Mesías Yeshúa, en quien éste fue derramado.