viernes, 27 de noviembre de 2015

Y SI EL PINTOR CONOCIÓ A PABLO?



                   
Mi padre, es autor de varios libros, en los que se da a conocer la historia de la obra evangélica en varias localidades andaluzas. Para ello, investigó los orígenes del cristianismo en Andalucia,  y conoció que en la población sevillana de Osuna, en una de sus cuevas rupestres, a finales del siglo XIX, el arqueólogo Demetrio de los Ríos descubrió unas pinturas con referencias paleocristianas, haciendo un dibujo de ellas.
       Estas pinturas se tenían por desaparecidas durante más de cien años, desconociéndose su ubicación. Pero “por casualidad” (porque el Señor así lo quiso), fueron redescubiertas en julio de 2005, mientras mi padre recopilaba información para su libro “Osuna insólita. Un acercamiento a su realidad espiritual”, del cual he obtenido el siguiente relato respecto a las circunstancias concurrentes en el valioso hallazgo:


“…PINTURAS MURALES EN LA NECRÓPOLIS DE OSUNA

                                                             (Arqueólogo Demetrio de los Ríos)


      En algunas de las  cuevas formadas por galerías y cámaras abovedadas (cubícula) de la Necrópolis tardo-romana, situada a ambos márgenes de la Cañada Real de Marchena a Estepa, llama la atención la decoración con pinturas murales descubiertas en julio de 1876 por Demetrio de los Ríos (arquitecto excavador de Itálica) durante una visita en compañía de Antonio Ariza. Las pinturas se fecharon en el siglo III d.C.
     Demetrio de los Ríos describe la cueva antes mencionada de la siguiente manera:



                                         (Representación de los dibujos de la cueva)

En casi todos los paramentos de esta cueva, y lo mismo en sus bóvedas más o menos rebajadas, se descubren vestigios de las pinturas que las decoraban. Se ven pavones de gran tamaño y otras aves menores y pintorescos pájaros, coloridos de rojo, amarillo, tinta neutra y otros matices.
En los costados laterales de la capilla, sobre una franja roja, hay pintados tres tableros separados entre sí por otras dos franjas más estrechas del mismo color, y guarnecidos alrededor de listones amarillos, de tinta neutra y blancos...  y por último, el centro figura un cielo de hermoso azul, salpicado de estrellas y cruces blancas, que entre sí alternan con variedad…

       Unos años más tarde, cuando a principios del siglo XX visitaron Osuna  y su Necrópolis los arqueólogos Arthur Engel y Pierre Paris,  comentaron que ya había desaparecido todo rastro de ellas.

    A pesar de ello, dada la importancia del hecho, a comienzos de esta investigación, en el año 2005, se solicitó al profesor de pintura Miguel Ángel Oyarbide, licenciado en Artes y autor del libro Huellas del Cristianismo en el arte,  su opinión acerca de las pinturas. Hacia el final de su informe expresa lo siguiente:

… La colocación de los dos pavos reales, flanqueando ambos lados del arco,  es muy similar a la que aparece en el cubículo de los Santos (s. IV) en la catacumba de San Calixto en Roma.   Además, en la capilla griega de la catacumba de Priscila en Roma (una de las más antiguas ya que data del año 95), aparece un programa decorativo que recuerda en gran manera a la catacumba de Osuna… Tampoco deja lugar a dudas el empleo de los colores rojo y verde… la base cromática de todo el arte catecumenal paleocristiano.
…En resumen, creo que estamos ante uno de los vestigios más importantes del arte paleocristiano en España, que no es muy abundante y se limita a ciertos edificios, sarcófagos y algún mosaico.
                                             (cubículo de los cinco santos)

     A fin de poder localizar la cueva mencionada o, al menos, con los medios técnicos existentes en la actualidad, poder detectar algún vestigio de las pinturas, se contactó con Francisco Ledesma, el Bibliotecario de Osuna y con el arqueólogo José Ildefonso Ruiz Cecilia quienes, generosamente, facilitaron datos y documentación al respecto. Dado el tiempo transcurrido, se estimaba que la localización de la cueva presentaba grandes dificultades pudiendo, incluso, encontrarse colmatada por la mano del hombre.

 Por otro lado se contactó con Robert Winter (ver este enlace http://protestantedigital.com/cultura/28022/Robert_Winter_maestro_internacional_de_arteterapia_una_vida_en_mision_humanitaria),  Psicoterapeuta  por medio del Arte, que a la sazón, se hallaba impartiendo un curso de Arteterapia en el Centro Evangélico de Enseñanza Al-Andalus en la localidad de Santiponce. El  profesor cristiano, catedrático en Historia del Arte en la Universidad de Lenoir, Carolina del Norte (U.S.A) que, como arqueólogo, ha recorrido numerosos lugares y es experto en el tema paleocristiano, se interesó  grandemente en el asunto  y visitó Osuna el  27 de junio de  2005.
     
      Una vez en la zona de la necrópolis, guiado por su instinto, por un sexto sentido, en realidad guiado por el Señor, encontró prontamente la cueva que había sido explorada por Demetrio de los Ríos, pudiendo, descubrir, con gozo, que aún permanecían vestigios o rastros suficientes de las pinturas que durante más de cien años habían permanecido ocultas o veladas.

   El equipo descubridor de tan importante hallazgo levantó el acta correspondiente en el Ayuntamiento ursaonense.


  
     En Septiembre del mismo año, se recibe un e-mail enviado desde Estados Unidos por el profesor Robert Winter en el que, entre otras cosas comunica:

…Los análisis de los pigmentos de las pinturas de Osuna confirman mi afirmación de que se trata de pinturas de finales del siglo I o bien muy temprano el siglo II d.C. ¡Estoy muy contento con el hallazgo y la confirmación!

      Posteriormente, después de una nueva visita a la villa ducal en Noviembre, envió el siguiente análisis interpretativo sobre las Pinturas Paleo-Cristianas de Osuna:

                                                    Iconografía:

Pavo Real: … Desde antiguo existe como representación de inmortalidad ya que se creía que la carne del pavo real no decae (no sufre corrupción) proyectándose por lo tanto a la inmortalidad de la vida eterna. Prevalece durante toda la iconografía pictórica cristiana a través de los siglos, principalmente durante el Renacimiento…

Ave blanca (Fénix): Simboliza el renacimiento (nueva vida). Es también mencionado por Clemente, Ovidio, Plinio, Tácito y Herodoto…

Estrella de ocho puntas: … en la tradición judía este símbolo representa los ciclos del año en relación a las fiestas agropecuarias del pueblo hebreo. ¡Ya desde entonces expresa también renacimiento y regeneración! Desde el 164 antes de Cristo el pueblo hebreo celebra la fiesta de los ocho días con un candelabro (Menorah) de ocho velas. Aún en la presentación y en la circuncisión se espera hasta el octavo día siguiendo la tradición significativa de renacimiento y regeneración (Antiguo y Nuevo Testamento).

Cruz equilátera: La conocemos también como “cruz quadrata” de origen muy antiguo (Cananeo o Fenicio). Bacchiocchi nos informa que la cruz quadrata usada por pueblos semitas es un símbolo derivado del alfabeto Milesio pero con anterior origen en el idioma púnico (Fenicio). Como símbolo semita (Hebreo) marca la intersección de dos palabras:
  Aleph: que quiere decir “guía o conductor”
 Beth: que significa “casa” o “habitación”…


Los símbolos iconográficos nos señalan la tradición abstracta (“no te harás imagen”) basada en la ley mosaica junto a la renovada fe Cristiana con el símbolo iconográfico de esperanza y vida eterna. Estos símbolos también denotan una representación previa a la iconografía post-Helénica/Bizantina en donde otros elementos comienzan a tener mayor influencia aún hasta el día de hoy en la iconografía eclesiástica especialmente después de Constantino.

Conclusión

      Sin duda alguna estas pinturas fueron ejecutadas por un “Judío convertido al Señor Jesucristo (Cristianismo) a fines del siglo primero de la era cristiana.
¡No me cabe la menor duda que estas pinturas representan “el primer vestigio de presencia cristiana en territorio español!

Sinceramente.

Dr. Robert Winter.  Historiador del arte y Arqueólogo, Re-descubridor de las pinturas rupestres de las cuevas de Osuna en Julio de 2005.”




      Así pues, quién sabe si este judío mesiánico, autor de las pinturas, conoció al apóstol Pablo o al menos a personas que sí trataron con él durante su visita a España. Sea como fuere, me ha parecido interesante dar a conocer este impactante y desconocido testimonio en piedra, que habla de la esperanza en la vida eterna que tenemos todos los que hemos creído en el Mesías, esperanza que ya habitaba en este hermano nuestro del siglo I.