domingo, 27 de enero de 2019

RAÍCES HEBREAS, ¡QUÉDATE CON LO BUENO! (Parte 1)

     ¡Quédate con lo bueno! que es mucho. Si no has escuchado a hablar de "Raíces Hebreas" lo harás en breve. No se trata de una denominación nueva, es más bien un movimiento que se está dando por todas partes, que busca deshacerse de la influencia pagana y filosófica que se introdujo en el cristianismo, fundamentalmente desde que Constantino declarara a éste como religión oficial del imperio romano allá por el Siglo IV -aunque ya desde principios del segundo siglo, se fueron introduciendo estas desviaciones sincretistas en la iglesia primitiva- y volver a mirar a Las Escrituras desde una visión hebrea.

     En estas entradas quiero contar mi experiencia al conocer este tema, pues tengo que decir, que el estudio desde una perspectiva hebrea, ha causado un antes y un después en mi vida espiritual y en mi comprensión de Las Escrituras, hasta el punto que aunque no me importe denominarme "cristiano evangélico" pues me congrego en una iglesia, prefiero hacerlo como "un seguidor del Mesías" o "Mesiánico". He aprendido mucho de judíos mesiánicos, no judaizantes, que han compartido sus enseñanzas en la red.

     Pero, al igual que pasaba en el Siglo I, hay grupos y congregaciones de raíces hebreas que pueden considerarse, en mi opinión, judaizantes; por un lado están los que se acercan tanto al judaísmo rabínico que tienden a menospreciar la preexistencia o la naturaleza divina del Mesías, por otro lado encontramos la muy extendida doctrina de "las dos casas" o el "Efrainismo", que viene a decir que no existe una iglesia gentil, sino que los creyentes entre las naciones descendemos de alguna de las diez tribus perdidas de Israel. Más adelante, explicaré por qué no me parece una doctrina con fundamento bíblico (aunque tengo que decir que he aprendido bastante de maestros de estas congregaciones en otros muchos asuntos). Por ello aconsejo, antes de ponerse a escuchar a unos y a otros, estudiar personalmente y profundamente la Biblia para hacer como aquellos de Berea y poder discernir y verificar la verdad conforme a la Palabra del Eterno.

     Ahora quiero centrarme en las enseñanzas que han cambiado mi percepción de las Escrituras en distintos temas y que me han edificado grandemente.


1.-LA LEY


     Hasta hace pocos años, yo seleccionaba unos mandamientos de la Torah sobre otros, porque así se me había enseñado: diezmo sí, día de reposo en sábado, no. Prohibición de comer ciertos alimentos no, prohibición de hacer tatuajes en la piel, sí... y así sucesivamente. Pues había asumido que la Ley había sido abolida, por la obra del Mesías.

     Pero en verdad, Yeshúa (así es como lo llamaban en arameo, su nombre significa YHVH salva) nació y vivió como judío y nunca pretendió cambiar eso. El entendía la Torah (lo que llamamos la Ley, aunque su mejor traducción sería "Instrucción") como la máxima expresión de su Padre, para declarar al ser humano como debe de conducirse sobre la tierra. Por eso dijo:

     Mateo 5:17-20

"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir.

    Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

    De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

     Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos."

      Así pues, El guardó todos los mandamientos de su Padre (si no lo hubiera hecho, hubiera sido descalificado como el Mesías), el Sabath, las festividades bíblicas, la alimentación... cada día de reposo enseñaba en las sinagogas tal y como era su costumbre (Lucas 4:16)


     Entonces ¿por qué ese continuo enfrentamiento con los escribas y fariseos acerca de las costumbres judías? La respuesta tiene dos vertientes y es necesario conocer un poco de la cultura judía para entenderla.

     Por un lado, podemos ver el posicionamiento de Yeshúa contra la llamada torah o ley oral. Según la tradición judía, Moisés habría recibido dos leyes o instrucciones; una escrita (los cinco primeros libros de la Biblia) y otra oral, que desarrollaría a la primera y que debería de ser transmitida de generación en generación de esa forma, oralmente. Esta tradición fue finalmente recopilada en dos libros a finales del Siglo II o principios del III (la Misnah y el Talmud).

     Estas normas eran las que "ataban pesadas cargas y difíciles de llevar sobre los lomos de los hombres" (Mateo 23:4) y el Salvador explicó que la Torah del Creador, la escrita por medio de Moisés, era la única verdadera. El desarrolló el auténtico espíritu de la Torah, indicando que no es para nada gravosa "porque mi yugo es fácil y ligera mi carga" (Mateo 11:30). Para ilustrar este tema os relato algunos ejemplos de estos debates de Yeshúa, contra los defensores de esta torha oral.

     "Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos QUEBRANTAN LA TRADICIÓN DE LOS ANCIANOS? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pueda ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:

     Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres." Mateo 15:1-9)

     Vemos como estas tradiciones afectaban, incluso, a preceptos incluidos en los diez mandamientos, como era el de honrar a los padres.

     Sobre el lavado de las manos, los fariseos habían desarrollado toda una normativa; que si primero una mano, que si después la otra... ya el Maestro, desde el principio de su ministerio, indicó que estaba en contra de estas normas impuestas, pues si os fijáis, en el milagro de las bodas de Caná, la conversión del agua en vino se produjo en el interior de unas tinajas que estaban destinadas a esos rituales de purificación, y sabemos que el Mesías tenía un propósito en todo lo que hacía.

     "Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros." (Juan 2:6)


       Otro ejemplo de este enfrentamiento del Mesías con la ley oral es este:

     "Oísteis que FUE DICHO: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

     Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen."

     Esto de "fue dicho" se refiere también a la torah oral, pues no encontramos ese precepto en la Torah escrita, y aquí el Mesías explica lo que es la voluntad de su Padre, en contraposición a ese mandamiento oral de aborrecer al enemigo.

     Junto a esta controversia con la ley oral, el Maestro vino a explicar el verdadero espíritu de la Torah, la cual fue dada para que los hombres "vivieran por ella", como dice Éxodo 30:16

     "porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, PARA QUE VIVAS y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella."

     Yeshúa dijo que los preceptos más importantes de la Torah eran la justicia, la misericordia y la fidelidad:

     "Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidad aquéllas. (Mateo 23:23)

      Qué significa esto, pues que ante un aparente conflicto entre dos mandamientos, prevalecen los que dan vida, misericordia, justicia y fidelidad. El Mesías enseñó esto en numerosas ocasiones.

     Por ejemplo, la observancia del Sabath es muy relevante en la Torah, tal es así que aparece en los diez mandamientos, y el Maestro lo guardaba fielmente, pero si tenía que sanar a alguien en ese día lo hacía; ¿por qué? pues porque -aparte de que El es el Señor del Sabath- el precepto de dar vida y de tener misericordia sobre el prójimo estaba por encima del reposo en ese momento.


    El Maestro obedecía la instrucción de su Padre de no tocar nada "inmundo" o "impuro", pero si tenía que tocar a un leproso para sanarlo, por supuesto, lo hacía porque el objetivo de "dar vida" a esa persona estaba por encima de las leyes de purificación. Sin embargo, enseguida mandaba al leproso a mostrarse a los sacerdotes tal y como ordenaba la Torah.

     En definitiva, El explicó que todo el sentido y el espíritu de la Torah, se podía condensar en este texto:

Mateo 22:36-40

"Maestro ¿cuál es el gran mandamiento de la Ley?

    Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.

    Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas."

     En la próxima entrega si el Creador lo permite, veremos como todo que he expuesto concuerda plenamente con el evangelio de la Gracia del Eterno hacia nosotros por medio de la muerte de su Hijo.

    
     




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